M.V. Roliana Mercedes Sánchez
Rolianam@gmail.com
La endometritis bacteriana es
considerada como la causa más común de infertilidad en la yegua, por lo cual
adquiere importancia en el manejo reproductivo y sanitario debido al daño
económico que puede representar para la explotación equina. Aproximadamente un
15% de la población normal de yeguas purasangres desarrollan endometritis
persistente después de la monta. Se reconocen dos tipos de
infección uterina, una aguda y otra crónica. Cuando el estado de la enfermedad
es agudo e inicial presenta buen pronóstico ya que, comúnmente, es eliminada
del útero 72 a 94 horas postinfección. La situación es diferente cuando ocurren
infecciones repetidas, las cuales no responden al tratamiento con antibióticos,
dado que, frecuentemente, los procesos inflamatorios crónicos alteran en forma
severa la fertilidad.
Se plantea la
existencia de una condición de susceptibilidad y resistencia natural a la
infección crónica del útero, basada en los mecanismos inmunológicos de defensa
local. Entre los diversos agentes bacterianos causantes de endometritis se
reconoce el Streptococcus equi ssp. zooepidemicus, como el más común,
seguido por Escherichia coli (Lui y
Troedsson, 2008). Estos agentes ingresan al útero como consecuencia de
alteraciones primarias originadas durante el parto o en la monta, y/o debido a
deficiencias en la higiene. También por factores predisponentes como
alteraciones anatómicas que incluyen urovagina y pneumovagina.
Agente Causal
Se reconoce con bastante
frecuencia a un grupo de bacterias aeróbicas que están muy asociadas con la
endometritis en la yegua. Se describen las siguientes bacterias como
principales causas de esta patología y sus frecuencias de presentación: Streptococcus equi ssp. zooepidemicus, Escherichia coli, Pseudomona
aeruginosa, y Klebsiella pneumoniae. Otras
bacterias aisladas son Corynebacterium
spp., Staphilococcus spp., Enterobacter
spp., Actinobacter spp., Proteus spp. y Citrobacter spp.
Epidemiologia
Diversos
mecanismos de defensa están involucrados en la protección del útero en contra
de los agentes etiológicos que provocan la endometritis. La yegua posee tres
barreras naturales en contra de la introducción de material extraño dentro del
itero, los cuales son: el sello formado por los labios vulvares, los pliegues
vestíbulovaginales y el cérvix. Cuando una o más de estas barreras cesan en su
función, el riesgo de introducción de material extraño, heces, aire, bacterias
e infecciones potenciales incrementa. Las yeguas desarrollan predisposición
a esta patología cuando la conformación de los labios vulvares no formas un
sello real, ya sea por laxitud o por falta de tonicidad, o cuando, durante el
parto se producen traumatismos y laceraciones en la vulva. Igualmente, es muy
común observar que yeguas viejas, pluríparas y de pobre condición física posean
mala conformación de la zona perianal.
Las infecciones
bacterianas de las vías genitales de la yegua, generalmente son el resultado de
la interacción entre deficiencias de higiene en el manejo reproductivo, el
grado de resistencia o susceptibilidad natural del animal y del número y grado
de virulencia de los gérmenes presentes.
Se definen cuatro condiciones que serían básicamente las de mayor
interés como elementos que favorecen el ingreso de gérmenes patógenos al tracto
reproductivo.
Conformación
Anatómica del Área Perineal: Laceraciones, adherencias o mala conformación
interfieren en el adecuado cierre de la vulva exponiendo al ingreso de material
fecal. Igualmente, el ingreso de aire (neumovagina) incrementa en forma severa
la predisposición a infección bacteriana del útero.
Mala conformación perianal, donde se observa la inclinación de la vulva horizontalmente. |
Yegua con retención de membranas fetales, con 4 horas postparto, falla en liberar los restos placentarios. |
- Deficiencias de higiene en relación al parto y puerperio: Abortos, distocias, retención de membranas fetales.
- Inadecuada higiene en el manejo de la monta.
- Falta de esterilización del material empleado para vaginoscopía.
Signos
Clínicos
Los signos
clínicos, pueden variar dependiendo de la intensidad de la invasión bacteriana
y del tiempo que lleve la infección hasta el momento del examen. Sé describen
varios grados de endometritis en la yegua, basados en la presencia de exudados
y el tipo de estos. Cuando las endometritis son
exudativas se caracterizan por la presencia de secreciones adheridas a la base
de la cola, región perineal y comisura ventral de la vulva.
El examen rectal
de la yegua con endometritis puede revelar un leve aumento del espesor
superficial del útero, debido al edema originado por el proceso inflamatorio,
además se puede percibir aumento de volumen del útero y al comprimir el mismo puede
haber escurrimiento de secreciones a través de la vagina y observar exudados en
la comisura ventral de la vulva.
El examen
vaginoscópico demuestra la presencia de exudados en vagina y posiblemente
escurrimiento de estos a través del cérvix. En caso de neumovagina hay
presencia de mucus y el exudado presenta aspecto de espuma por el contacto con
el aire. Las yeguas con endometritis presentan historial de infertilidad,
repetición de celos, e inclusive en su fase aguda pueden mostrar depresión,
pérdida de apetito y fiebre.
Patogenia
La endometritis se
asocia habitualmente con infecciones por bacterias aeróbicas. Sin embargo, también
puede deberse a infecciones por bacterias anaeróbicas, pneumovagina,
acumulación de orina en la vagina, exposición al semen e infusión intrauterina
con sustancias irritantes.
La respuesta
primaria cuando se instaura una infección es la fagocitosis. Esta dependerá de
la movilización de un adecuado número de neutrófilos del torrente sanguíneo
hacia el lumen uterino y el endometrio; una adecuada quimiotaxis de los
neutrófilos a las bacterias contaminantes o espermatozoides muertos; una
opzonización adecuada donde están involucrados la asistencia de
inmunoglobulinas y complementos; y la ingestión y muerte celular de las
bacterias o de espermatozoide por parte de los neutrófilos. El número de neutrófilos es alto en el lumen uterino entre 8 y 12 horas
después de la monta, posterior a este tiempo, el número de células disminuye.
La yeguas que fallan en este mecanismo desarrollan retención de liquido y edema
uterino el cual persiste en las capas superficiales del endometrio o lámina
propia (estrato compacto y estrato esponjoso) produciendo fibrosis
periglandular, alteraciones del flujo linfático (lagunas linfáticas), glándulas
quísticas e hipertrofia y atrofia glandular sin afectar las capas profundas del
útero (Miometrio y Perimetrio),
alterando la normalidad endometrial. El daño ocasionado en los tejidos superficiales, junto a la
acción tóxica de los catabolitos bacterianos son capaces de alterar los
procesos de fertilización e implantación, generando reabsorción embrionaria,
agravando de esta forma el pronóstico de la fertilidad.
Diagnostico
El diagnóstico de
endometritis se basa en la historia clínica del animal, el examen físico y
reproductivo, la ecografía transrectal, el examen vaginal y cervical, el cultivo y la
citología uterina, así como la biopsia endometrial. En algunos casos también
puede utilizarse la evaluación endoscópica del endometrio.
- Cultivo bacteriológico
La información que proporciona el resultado
del cultivo bacteriológico es de mucho valor, especialmente cuando las muestras
son obtenidas en forma correcta y existen signos clínicos de infección uterina,
ya que permiten identificar el organismo patógeno y su sensibilidad mediante
antibiograma. Se recomienda obtener muestras de útero o cérvix ya que serían
representativas de lo que ocurre en útero a diferencia de las muestras de
vagina, las cuales no tienen valor en caso de infección uterina, puesto que generalmente
dan resultados positivos para gérmenes contaminantes y pueden inducir el empleo
de terapia antimicrobiana, la cual puede generar efectos negativos tales como
resistencia bacteriana o superinfección por levaduras.
El cultivo uterino
ayuda a determinar si la yeguas está libre de infección, identificar el
patógeno potencial y determinar el óptimo antibiótico usado para eliminar la
infección.
- Citología Uterina
El examen citológico de una muestra uterina
sin duda proporciona una mejor aproximación al diagnóstico de inflamación en
útero en relación a la información aportada por el examen bacteriológico. La
severidad del cuadro inflamatorio se estima a través del porcentaje de polimorfonucleares
observados en la tinción, pero también aporta información del estado
morfológico de estas células. La citología debe evaluar la celularidad total,
morfología celular, tipos de células y el contenido de fondo.
Es importante
realizar la toma de muestra durante el inicio o mediados del estro, ya que las
defensas uterinas se encuentran en su máxima expresión por lo que si existen
bacterias o células inflamatorias presentes evidentemente nos encontramos
frente a un problema. Es común que existan falsos negativos si las muestras se toman
en diestro. Existen diferentes criterios
de clasificación para determinar el grado de inflamación, algunos autores
indican que normalmente se encuentran 1 a 2 polimorfonucleares (PMN) por cada 5
campos de observación microscópica evaluados. La proporción de
células endometriales a neutrófilos debe ser 40:1, si incrementa en número de
neutrófilos se considera inflamatorio.
Los hallazgos de
polimorfonucleares maduros e hipersegmentados son representativos de
inflamación no séptica, tal como sería posterior a la monta o luego de un
tratamiento intrauterino, mientras que los polimorfonucleares con signos de
toxicidad indican infección severa o inflamación séptica. La presencia de
linfocitos es observada en caso de inflamación crónica, en la cual también se
pueden encontrar eosinófilos.
- Biopsia Endometrial
La biopsia endometrial constituye una efectiva
técnica para la evaluación del estado o condición del útero en función de las expectativas
de fertilidad en la yegua, pudiendo realizarse en el contexto de un completo y
detallado análisis del estado del útero, complementando la información de la
anamnesis, palpación rectal, examen vaginoscópico, cultivo bacteriológico y
examen citológico.
La biopsia uterina
se utiliza para diagnosticar el grado de endometritis en las yeguas en
combinación con otras pruebas diagnósticas, proporcionando información sobre la
capacidad del útero de llevar a término una gestación. Esta técnica diagnóstica
está indicada en yeguas que quedaron vacías en la estación anterior, yeguas
repetidoras durante la estación reproductiva, yeguas con historia de muertes
embrionarias precoces y yeguas con endometritis o piometra clínicas. La
obtención de la muestra endometrial puede realizarse en cualquier momento del
ciclo reproductivo, pero es necesario conocerlo porque, en función de la
actividad ovárica, la arquitectura endometrial puede variar. Son varios los parámetros que se avalúan en una biopsia uterina:
repuesta inflamatoria, fibrosis endometrial, lagunas linfáticas, quistes
endometriales y glándulas quísticas.
En lo referente a
la respuesta inflamatoria endometrial, ésta puede ser de tipo agudo o crónico.
En las reacciones agudas, predomina la infiltración de polimorfonucleares
neutrófilos, sobretodo en el estrato compacto o el epitelio luminar, así como
en las vénulas y capilares del estrato compacto. La inflamación crónica, sin
embargo, se caracteriza por la presencia de infiltrados de linfocitos y, menos
frecuentemente, células plasmáticas, siderófagos, eosinófilos y mastocitos. Las inflamaciones crónicas afectan, habitualmente, al estrato
compacto, pero pueden afectar también al estrato esponjoso en forma de focos
discretos con una distribución dispersa. Cuando se observa la presencia de
reacciones crónicas de moderadas a graves, sobre todo si hay presencia de
células plasmáticas, es indicativo de una estimulación antigénica continuada,
lo que debería poner al clínico en alerta sobre la posible existencia de una causa
infecciosa de la endometritis. También es importante valorar la
extensión/dispersión de la inflamación en la muestra. Cuanto mayor sea la
dispersión, menor será la capacidad del endometrio de llevar a término una
gestación.
El grado de
fibrosis endometrial es un factor muy importante en la evaluación de las
biopsias uterinas. A diferencia de los cambios inflamatorios, los cambios
fibróticos son permanentes y no van a reducir en grado, convirtiéndose en un
importante factor limitante de la capacidad reproductiva de la yegua. Las
fibras de colágeno se depositan alrededor de las glándulas endometriales, de
manera individual o formando nidos, y la membrana basal del epitelio luminar. La gravedad de la fibrosis se clasifica en función del número de
capas de colágeno periglandular y el número de focos fibróticos por campo
lineal.
En cuanto a las
lagunas linfáticas, se desconoce su papel exacto en la capacidad de llevar a
término una gestación, pero se ha observado que cuando tienen una distribución
extensa y se detectan por palpación, parecen reducir marcadamente dicha
capacidad. Si
aparecen en combinación con quistes linfáticos, el efecto negativo es
acumulativo. Por último, los quistes endometriales parecen estar asociados con
muertes embrionarias, mientras que los quistes glandulares parecen estar
asociados con las repeticiones.
En función de los cambios
histológicos observados, podemos clasificar las muestras en diferentes
categorías: I, IIA, IIB y III, tratándose del tipo I de un endometrio normal y
el III un endometrio gravemente alterado.
- Categoría I: el endometrio no presenta ni hipoplasia ni atrofia. No hay cambios patológicos o, si los hay, éstos son leves y escasos.
- Categoría IIA: el endometrio presenta infiltraciones inflamatorias difusas de leves a moderadas del estrato compacto o focos frecuentes, aunque dispersos, tanto en el estrato compacto como en el esponjoso. Se ven cambios fibróticos, de una a tres capas de colágeno, alrededor de glándulas individuales o nidos en una proporción inferior a 2 por 5.5 mm de campo lineal. Las lagunas linfáticas son lo bastante extensas como para notarlas por palpación.
- Categoría IIB: se observan focos inflamatorios difusos y diseminados moderadamente graves. Se observan cambios fibróticos extensos y difusos, mostrando cuatro o más capas de colágeno alrededor de las glándulas endometriales, o una media superior a 2 nidos por 5.5 mm de campo lineal en una media de cuatro o más campos.
- Categoría III: existen cuatro criterios que determinan la clasificación de una muestra endometrial dentro de esta categoría. Cambios inflamatorios graves, difusos y extensos; Fibrosis extensa de manera uniforme de las ramas glandulares de cinco o más nidos por 5.5 mm de campo lineal; Presencia elevada de lagunas linfáticas que dan una sensación gelatinosa a los pliegues endometriales; Y Atrofia profunda.
Tratamiento
El tratamiento con
infusiones intrauterinas de antibióticos es el más usado y ha resultado
beneficioso en condiciones de infección aguda y especialmente en yeguas cuyo
endometrio no presenta fibrosis periglandular a la biopsia uterina. Se realizan lavados o
irrigaciones uterinas con diversos antibióticos, sin embargo la información
exacta del antibiótico a elegir se conocerá mediante el antibiograma. Cuando
hay presencia de materia orgánica en útero es necesario eliminarla mediante
irrigación con solución salina estéril, ya que por lo general los antibióticos
se inactivan o no tienen buena penetración en presencia de desechos orgánicos. Generalmente los tratamientos intrauterinos
deberan ser administrados cada 24 horas (algunos son administrados cada 12
horas) y continuos por 4 a 5 días. El momento de elección
para realizar el tratamiento, es durante el estro o bien el primero o segundo
día del diestro, antes de que el cérvix esté cerrado. La vulvoplastia se
recomienda en yeguas que requieren tratamiento para la endometritis severa.
Prevención
La
prevención de la endometritis por infección bacteriana consiste principalmente
en corregir la causa primaria o factores predisponentes que puedan alterar la
reproducción. Es necesario recordar que, en ocasiones, existen causas
subyacentes de endometritis que requieren intervención quirúrgica. Entre éstas
podemos incluir pneumovagina, urovagina, laceraciones cervicales y perineales y
fístulas rectovaginales. Igualmente, un manejo higiénico-sanitario y adecuada
manipulación reproductiva de las yeguas y sementales es primordial para
minimizar los riesgos de contaminación bacteriana.
Pasos para la realización de la vulvoplastia |
Vulvoplastia o Cirugía Caslick |
Tomado de:
1. LeBlanc, M. 2011. Uterine Citology. En: Mckinnon A, Squires E,
Vaala W, Varner D (eds.). Equine Reproduction. Editorial Wiley-blackwell.
Segunda edición. Volumen 2. Ames, Iowa, Estados Unidos de América. 2011. Página
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2. LeBlanc, M. Mckinnon, A. 2011. Breeding the
Problem Mare. En:
Mckinnon A, Squires E, Vaala W, Varner D (eds.). Equine Reproduction. Editorial
Wiley-blackwell. Segunda edición. Volumen 2. Ames, Iowa, Estados Unidos de América.
2011. Página 2620 - 2642.
3. Love,
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(eds.). Equine Reproduction. Editorial Wiley-blackwell. Segunda edición.
Volumen 2. Ames, Iowa, Estados Unidos de América. 2011. Página 1929-1939.
4. Troedsson
M. 2011. Endometritis. En: Mckinnon A, Squires E, Vaala W, Varner D (eds.).
Equine Reproduction. Editorial Wiley-blackwell. Segunda edición. Volumen 2.
Ames, Iowa, Estados Unidos de América. 2011. Página 2609 - 2618.
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