M.V. Roliana Mercedes Sanchez
rolianam@gmail.com
El
anesto se define como la ausencia de estro o celo, o la falta de receptividad
sexual al semental por un periodo prolongado de tiempo. El ciclo estral de la
yegua tiene una duración de 21 a 22 días con un periodo de celo de 4 a 7 días. La yegua es considerada como una reproductora
poliéstrica estacional de días largos, es decir, desarrolla varios ciclos
reproductivos en la estación determinada por las mayores horas de luz del día
(primavera-verano).
Cuando
una yegua no exhiba signos de celo se puede sospechar que está preñada, el no
retorno al celo es el primer indicio de gestación. La presencia de progesterona
(ya sea por tejido luteal o la unidad fetoplacentaria) viene acompañada de un
comportamiento agresivo frente al semental. Si a la revisión ultrasonografica
no se ha diagnosticado preñez y se observa el cuerpo lúteo, el tratamiento indicado
es la administración de prostaglandinas con la finalidad de lisar el tejido lúteal.
Anestro
Estacional
En
las yeguas los días de menor duración de horas luz activan la secreción de
melatonina desde de la glándula pineal. Esta hormona es captada por el
hipotálamo disminuyendo la secreción de la Hormona Liberadora de Gonadotropinas
(GnRH), lo que conlleva a la disminución de la liberación de las Hormonas
Luteinizante (LH) y Folículo Estimulante (FSH) por parte de la adenohipófisis y
en consecuencia a la inactividad ovárica. La foliculogénesis en el ovario equino procede
en ausencia de gonadotropinas hasta un diámetro folicular de aproximadamente
2mm. después de este tamaño los folículos son dependientes de la FSH para
estimular su desarrollo, y eventualmente de la LH para su maduración final y la
ovulación. Este fenómeno no es muy marcado en yeguas en condiciones tropicales.
Estimulación
Lumínica Artificial
La adecuada
estimulación comprende un periodo de 14,5 a 16 horas luz, de intensidad 100
watts con una duración de 30 a 60 días. Se
comienza con una exposición de 2 horas de luz iniciando a las 9 horas posteriores
al anochecer.
Su
finalidad consiste en incrementar los niveles de GnRH desde el hipotálamo por
efecto de la inhibición de la liberación de melatonina desde la glándula pineal
aumentado por las horas de luz artificial al que la yegua será sometida. Al
incrementar los niveles de GnRH se inicia la liberación de LH y FSH desde la
pituitaria anterior teniendo un efecto directo sobre las
gónadas sexuales iniciando así la actividad cíclica en la yegua.
Lactación y
Condición Corporal
El anestro ocurre
ocasionalmente en 3 a 4% de yeguas paridas con buena condición corporal y hasta
en un 16% en yeguas con pobre condición.
La duración del estado anovulatorio así como el grado de regresión de los
ovarios puede ser influenciado en gran parte por la condición corporal y el
plano nutricional. Las yeguas muy delgadas experimentan una regresión más
profunda de los ovarios y del periodo anovulatorio. Así mismo, las yeguas que
se encuentran lactando sufren grandes demandas metabólicas, energéticas y
nutricionales y suelen responder a un incremento apropiado del plano
nutricional aunque pueden tardar varias semanas o más para incrementar su
condición a un nivel suficiente para activar los ovarios. La condición corporal está asociada al inicio
de la actividad ovárica, disminución de las tasas de preñez, incremento de la
pérdida embrionaria, incremento del número de abortos e incremento del número
de anestros.
Tratamientos
Hormonales
Existen
diferentes tratamientos hormonales que se han utilizado para estimular la
actividad ovárica en yeguas en anestro, tal como el uso de GnRH o sus análogos
para imitar la activación de la liberación pulsátil desde el hipotálamo y por
consiguiente de las gonadotropinas (LH y FSH).
Así como también el uso de Antagonistas Dopaminergicos (Domperidona y
Sulpiride) que actúan sobre los receptores D₂ dopaminergicos, con lo que incrementa
la liberación de prolactina desde la glándula pituitaria aumentando así los
niveles de LH y con ello la activación ovárica. El tratamiento consiste en
administrar 1,1 mg/kg PO q 24 horas por dos a cuatro semanas. Se recomienda
realizarlo 2 semanas posteriores al inicio de la estimulación lumínica.
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