M.V. Roliana Mercedes Sánchez
Rolianam@gmail.com
El
prolapso uterino se define como el deslizamiento del útero hacia el exterior a
través del vestíbulo de la vagina. Esta condición es poco frecuente en yeguas y
las causas son variadas, pero se atribuyen en su mayoría a partos distócicos,
retención placentaria o como secuela a abortos. Otras causas menos comunes
incluyen esfuerzos o tenesmo por trauma vaginal combinado con atonía uterina lo
que conlleva al prolapso o dolores (a menudo secundario a causas no
diagnosticadas en la región pélvica).
Prolapso Uterino posterior a un parto distócico |
La elongación de
las uniones del mesometrio, combinados con atonía, flacidez y relajación del
útero son los elementos fundamentales en la etiología del prolapso uterino. Se
presenta en mayor proporción en yeguas multíparas viejas, sin embargo puede
presentarse en yeguas primíparas o potrancas vírgenes.
La condición del
útero y consecuentemente la de la yegua en gran parte depende de la longitud de
tiempo en que ha estado en progreso el prolapso. Mientras la duración del
prolapso sea menor se encontrara menor grado de edematización y congestión. Es por ello que la situación debe resolverse
lo más rápido posible favoreciendo así a la recuperación de la yegua. Al mismo
tiempo, mientras menor sea la porción evertida del útero la probabilidad de
ruptura de la arteria uterina y las posteriores complicaciones es menor. Cuando
ocurre ruptura de la arteria uterina el pronóstico de la yegua es pobre.
Manejo
Del Prolapso
En estos casos se debe proceder lo mas
rápido posible manteniendo el útero posicionado más alto que el borde de la
pelvis para reducir la tensión de la arteria uterina y el soporte de los
tejidos suaves, evitando la rápida congestión y edematización del útero. Relajar y sedar a la yegua, colocar anestesia
epidural o anestesia general. La limpieza del útero se debe realizar delicadamente
utilizando solución yodada diluida en agua destilada tibia a fin de disminuir
la contaminación del útero de agentes externos.
En caso de que aun esta adherida la placenta se debe remover
cuidadosamente cerciorándose de que no queden remanentes que posteriormente
compliquen el cuadro.
Es importante evaluar
la totalidad del útero verificando que no existan rupturas, en caso de que
estén presentes se deben suturar. A continuación, el útero se lubrica con
pomadas antisépticas o antibióticas para posicionarlo cuidadosamente
identificando el extremo evertido y aplicando presión firme mientras se empuja
al interior de la vagina y a través del cuello uterino, el resto del útero
seguirá su posición normal.
En caso de que
el útero no se pueda posicionar con la yegua de pie es necesaria la anestesia
general, para sujetar y elevar a la yegua de los miembros posteriores hasta
lograr un grado de inclinación que permita que el útero descienda a su posición
anatómica normal. Posterior a esto se
debe realizar la palpación manual y verificar el correcto posicionamiento de
los cuernos, si no se ha logrado se recomienda llenar el útero de agua destilada
tibia para que los cuernos se ubiquen adecuadamente. Una vez que el útero se
encuentre ubicado correctamente se realiza la sutura de los labios vulvares (sutura
Caslick).
Como última
recomendación la yegua debe tratarse con antibióticoterapia intrauterina en
bolos o infusiones una vez que se ha solucionado el prolapso. Así mismo, se
debe instaurar un tratamiento parenteral con antibióticos de amplio espectro y
antiinflamatorios no esteroidales y monitorear clínicamente a la yegua buscando
signos de toxicidad. Pasada una semana
se evalúa ultrasonograficamente y por medio de la palpación la correcta involución
del útero.
Tomado de:
STORY, M. 2007. Prefoaling and Postfoaling Complications. En: Samper J. Pycock
J, Mckinnon A, (eds.). Current Therapy in Equine Reproduction. Editorial
Saunders Elsevier. St. Louis, Missouri,
Estados Unidos de América. 2007. Página 458 - 464.
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