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El entropión es la anormalidad oftálmica más común. Se define con la inversión del borde libre del parpado y más frecuente del parpado inferior. Los potros pueden presentar entropión congénito o adquirido. El entropión adquirido puede deberse a prematuridad, deshidratación y ausencia de grasa periorbitaria así como a diversos procesos patológicos, como sepsis. El entropión produce abrasiones o úlceras mecánicas de la cornea que a su vez pueden originar conjuntivitis, lagrimeo y edema corneal.
Esta
anormalidad puede ser tratada mediante la inyección subcutánea de 3 ml de penicilina
G procaínica en el parpado afectado. Con la inyección se busca rellenar el
borde del tejido y la laxitud del mismo disminuye, haciendo que el
parpado permanezca en su posición normal. La reacción
inflamatoria leve que se produce luego de la inyección en el parpado engrosa el
tejido redundante por lo que la sutura raramente es necesaria. Durante el
procedimiento es necesario tomar precauciones para evitar que la aguja pueda
dañar el globo ocular. Otro método empleado consiste en la inyección
subcutánea de sangre (propia del potro) en el borde del parpado afectado,
aproximadamente unos 3 a 5 mL. La finalidad de esta técnica es similar a la
descrita anteriormente, con la diferencia de que se busca producir la fibrosis
del tejido.
En los casos mas severos, que no responden al tratamiento anteriormente descrito, se puede llevar a cabo uno o dos pequeños punto de sutura en el parpado afectado, esto producirá la retracción del mismo llevándolo a su posición original.
Gracias Roliana.
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