miércoles, 27 de abril de 2016

BIOFILM E INFERTILIDAD EN YEGUAS

M.V. Roliana Mercedes Sánchez
Rolianam@gmail.com

La infección bacteriana del tracto reproductivo de la yegua, o endometritis, es una causa importante de infertilidad equina. La condición es a menudo crónica y resistente a tratamiento, lo cual es frustrante para los propietarios o criadores de yeguas, veterinarios e investigadores y puede causar importantes pérdidas económicas para la industria equina.

Entendiendo esto, y el papel de la endometritis crónica en la yegua, se han llevado a cabo diversos estudios sobre el biofilm y su posible relación con la infertilidad en la yegua. El biofilm se define como la agrupación y adherencia de un grupo de los microorganismos a una superficie, en este caso al endometrio uterino de las yeguas.

Durante los últimos 100 años, los veterinarios y médicos habían pensado en las bacterias como organismos unicelulares e individuales. Se pensaba que las bacterias viven solas en un estado planctónicas, flotando por sí mismos, y en algunos casos propulsados ​​por flagelos. Sin embargo, recientemente, los investigadores han descubierto que las bacterias y otros microorganismos (tales como hongos) pueden colonizar, y vivir juntos formando el biofilm. Ahora, los investigadores consideran el estado biofilm como un estilo de vida más preventivo para las bacterias (en comparación con el estado planctónico).

Dentro de un biofilm, los microorganismos, literalmente, se pegan entre sí a través de una matriz auto-formada de exopolisacáridos que también puede contener ADN, ARN, lípidos y proteínas. Una vez que alcanzan el biofilm, las bacterias autopropulsadas ​​renuncian o se despojan de sus flagelos y se inmovilizan al unirse a la colonia y a su protección. Esta matriz protege a los organismos más internos de las agresiones externas.

La importancia de ello radica en que las bacterias que residen en un biofilm pueden ser hasta 1.000 veces más resistentes al tratamiento con antibióticos en comparación con las bacterias de vida libre. Esto probablemente se debe a que la formación de un biofilm permite que las bacterias no sean reconocidas por el sistema inmune del hospedador, con lo que evita la exposición de las bacterias a los antibióticos, y favoreciendo el intercambio horizontal de material genético beneficioso entre las bacterias. Igualmente, dentro de una comunidad de biofilm hay millones de bacterias, si una de estas bacterias es resistente a un antibiótico, esta resistencia se puede transferir a todas las bacterias en la colonia.

En las yeguas, su aparato reproductor y el sistema inmunológico están diseñados para protegerla contra la infección. Sin embargo, en ciertas circunstancias cuando se altera alguna de las defensas del tracto reproductivo e ingresan bacterias, puede ocurrir la formación de biofilms en el endometrio uterino.

Las defensas del tracto reproductivo incluyen:

    1. Las barreras físicas, que comprende su vulva, músculo del esfínter vagino-vestibular, y el cuello uterino, que bloquean las heces, el aire y los patógenos ambientales lleguen al útero.
     2. Su sistema inmune innato, que resulta en la inflamación y producción de fluido.
     3. Aclaramiento o limpieza uterina mecánica.

Una sola alteración de cualquiera de estos mecanismos de defensa de una yegua puede permitir la colonización del útero por un patógeno bacteriano, lo que lleva a la infección crónica.  En estudios realizados en yeguas con infección crónica,  donde se han aislando bacterias desde el endometrio los resultados preliminares sugieren que el Streptococcus equi subespecie zooepidemicus, Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa y Klebsiella pneumoniae son capaces de producir biofilm in vitro.

En tanto en la medicina humana como en veterinaria, la administración de antibióticos por sí solos ha sido incapaz de eliminar las infecciones crónicas sospechosas de biofilm. Por lo tanto, se han llevado a cabo estudios sobre los tratamientos no antibióticos para el biofilm, tales como acetilcisteína, Ceragyn, tris-EDTA, DMSO, soluciones de peróxido de hidrógeno, tricide, y ácido hipocloroso in vitro de cepas de P. aeruginosa, E. coli, K. neumonía, y S. equi subsp. zooepidemicus.

Trabajos en otras especies ha demostrado que el Tris-EDTA (un agente buffer quelante) podría ayudar a romper el biofilm, perforando la matriz y haciéndolo más susceptible al tratamiento antimicrobiano. Sin embargo, el tris-EDTA por sí solo, no es capaz de interrumpir constantemente el biofilm preformado.

El peróxido de hidrógeno es un antiséptico de uso común en la medicina humana y veterinaria, y una solución al 1% ha sido sugerido como tratamiento de la endometritis en yeguas. Un estudio demostró que el peróxido de hidrógeno al 1% interrumpió el biofilm 50% del tiempo in vitro.

Por desgracia, en los casos de endometritis que podrían ser causados ​​por la biofilm, el fracaso del tratamiento es común. Es necesario realizar la identificación del microorganismo presente en el útero de una yegua para seleccionar el agente apropiado que ayude en la degradación del biofilm y la utilización en conjunto del antibiótico especifico.

Tomado de: Anderson, M. 2014. Biofilms and mare infertility. En la Revista The Horse Magazine. http://www.thehorse.com/articles/34610/biofilms-and-mare-infertility

viernes, 22 de abril de 2016

PREÑEZ GEMELAR EN YEGUAS

M.V. Roliana Mercedes Sánchez

La gestación múltiple es un problema creciente en el manejo reproductivo equino. Por lo general son multicigóticas (procedente de varios óvulos, es decir, el resultado de múltiples ovulaciones, dando como resultado descendencia no idéntica). Los gemelos monocigóticos (procedentes de un único óvulo fertilizado que se divide para producir potros idénticos) son muy raros, con el primer caso reportado en Inglaterra en el 2002 de una yegua propiedad de Su Majestad la Reina.

Los estudios sugieren que la gran mayoría de las gestaciones múltiples son gemelos equinos multicigóticos (94,8%), sólo el 5,2% de las gestaciones múltiples  son trillizos, y la aparición de cuatrillizos es extremadamente rara. Igualmente, los registros de algunos estudios indican que hasta un 30% de los ciclos de celo en las yeguas purasangre tienen como resultado ovulaciones múltiples. Así mismo, en yeguas árabes y de sangre caliente también se observa una alta incidencia de ovulación múltiple. Sin embargo, en una población de potros nativos en el Reino Unido, la incidencia es inferior al 1%.
Aparte de la raza hay otros factores, entre los que se incluyen la nutrición, edad y la época del año, que parecen afectar la incidencia de ovulación múltiple. Las yeguas que están bien alimentadas y en buena condición corporal la incidencia de  ovulación múltiple es mayor, especialmente si son mayores de 15 años de edad.  Diversos estudios han demostrado un claro aumento en las tasas de ovulación múltiple en yeguas mayores (15% de ovulaciones múltiples ocurren en yeguas de 3 a 5 años de edad, mientras que un 35,1% de las ovulaciones ocurren en yeguas entre 18 a 22 años de edad). Las yeguas también tienen una mayor incidencia de ovulación múltiple durante la mitad de la temporada de reproducción (junio/julio/ agosto en el hemisferio norte o diciembre/enero/febrero en el hemisferio sur).


En el vídeo se puede observar una gestación múltiple con 3 vesículas. Este caso se presento en una yegua purasangre de carreras.
Dado que las gestaciones múltiples en yeguas son casi siempre multicigóticas, la ovulación múltiple es normalmente un buen indicador de que existe un alto riesgo de embarazo múltiple, existiendo la posibilidad de que los todos los óvulos sean fecundados. Sin embargo, esto podría no ser siempre el caso. Por ejemplo, se ha demostrado que a medida que una yegua se hace mayor, y a pesar de que la tasa de ovulación múltiple aumentan, existe una probabilidad decreciente que estas ovulaciones múltiples se traducirán en gestaciones múltiples. Los óvulos de yeguas mayores tienen una tasa de fertilización más pobre. A pesar de esto, la presencia de múltiples ovulaciones es el primer indicador de una posible gestación múltiple.
¿Por qué preocuparse por los gemelos?
A simple vista, los gemelos parecen ser una buena cosa, ya que se podrían obtener dos potros por el precio de uno. Sin embargo, el útero de la yegua sólo puede mantener adecuadamente un feto en un momento. Puesto que todas estas ovulaciones múltiples tienen el potencial de ser fertilizadas resultando en preñez,  las ovulaciones múltiples son un gran problema en la yegua.
El útero de la yegua sólo puede soportar adecuadamente un feto debido a que la placenta necesita estar unida a toda la superficie del útero con el fin de satisfacer las demandas del feto (nutrientes y consumo de oxígeno, eliminación de productos residuales y eliminación de dióxido de carbono), especialmente en el último trimestre de gestación. El desarrollo de  gestaciones múltiples reduce la superficie del útero a disposición de cada placenta y compromete el desarrollo fetal y, en última instancia, la supervivencia. Debido a esto, las gestaciones múltiples raramente sobreviven a término, y mayoría resulta en aborto durante mediados o finales de la gestación.
La gestación gemelar es una de las causas más comunes de aborto no infeccioso, y representan el 20-30% de todos los sucesos. Naturalmente, sólo el 9% de los gemelos sobreviven a plazo: el 64,5% de los que dan lugar a dos potros muertos, 21% en un potro vivo, y un 14,5% en dos potros vivos.
El pronóstico para la preñez gemelar depende de la medida en que se comparte el útero entre los dos fetos. Por lo tanto, la gestación gemelar se puede clasificar además en:
  •  una división igual del útero (una relación de 50:50)
  • una división desigual menor del útero (60:40)
  • una división desigual importante del útero (80:20).

División Igualitaria: Si la división de la superficie uterina a disposición de la placenta de cada gemelo es igual, entonces ambos gemelos tienen las mismas posibilidades de supervivencia. Sin embargo, la supervivencia no está de ninguna manera garantizada, y debido a la restricción de la placenta se reducirá el peso de nacimiento de los gemelos supervivientes. Tales potros con frecuencia mueren durante o poco después del nacimiento, y si sobreviven, rara vez, no logran alcanzar su tamaño maduro esperado o potencial de rendimiento/carrera.
División desigual de menor importancia: Si la división del útero es desigual, pero sólo hay una desigualdad menor, es probable que la gestación se desarrolle normalmente, en un principio. Los problemas se harán evidentes cuando la restricción de la placenta comienza a afectar el gemelo más pequeño, a menudo en el último trimestre. Como resultado, el gemelo más pequeño morirá produciendo el aborto inminente de ambos fetos.
División desigual importante: Si la división es desigual, en proporción 80:20, uno de los gemelos predominará sobre el otro. El gemelo más pequeño pudiera ser confinado a la parte superior de un cuerno uterino. No se puede desarrollar en cualquier medida por lo que se muere al principio de la gestación. En tal escenario, es posible que el gemelo más pequeño pudiera ser momificado y no producir el aborto, lo que le permitirá al gemelo más grande continuar desarrollándose normalmente.  Sin embargo, si el gemelo más pequeño desarrolla una placenta en cualquier medida y sobrevive a la etapa de fijación (aproximadamente 100-150 días), y después muere, la placenta del gemelo sobreviviente no será capaz de tomar ventaja sobre la todas las uniones placentarias y de soporte e intercambios de nutrientes. En este caso, nacerá un solo potro, pero con un peso al nacer menor del esperado. 
La preñez gemelar en condiciones naturales
En la naturaleza, las yeguas que conciben gemelos rara vez producen un potro vivo. Por lo tanto, la heredabilidad de la característica de ovulación múltiple entre la población estaría limitada. En algunas razas autóctonas de ponys se observa una muy baja tasa de preñez gemelar, producto de lo referido anteriormente. Sin embargo, el uso de la ecografía nos permiten manejar adecuadamente a las yeguas que conciben gemelos de tal manera que puedan producir descendencia; sin embargo, esto resulta en una perpetuación de la característica. Por lo tanto, las yeguas de manejo intensivo tienen las tasas más altas de preñez gemelar.
La reducción natural (muerte) se produce en algunas de estas preñeces múltiples, sobre todo antes del día 20 de gestación. La gestación gemelar se puede clasificar como unilateral (ambos embriones situados en el mismo cuerno uterino) o bilateral (un embrión situado en un cuerno y uno en el otro). La clasificación de la gestación determina la probabilidad de que se produzca reducción natural. Aproximadamente el 70% de los gemelos son unilaterales. De éstos, el 80% se reducirá naturalmente a uno solo con la muerte de uno de los gemelos. Sin embargo, si los embriones son bilaterales, a continuación, los dos tienen una muy buena oportunidad de sobrevivir al menos al principio, por lo tanto, la reducción natural es rara.
Manejo de la gestación gemelar
Como es muy poco probable que resulte en una descendencia viable la concepción de gemelos, es ventajoso identificar y manejar la gestación gemelar tan pronto como sea posible. Con la ayuda de la ecografía se puede lograr este objetivo.
La imagen ecográfica muestra dos vesículas embrionarias, en este caso bilaterales, se observa la diferencia en el tamaño de cada vesícula.
Hoy en día la mayoría de las yeguas se evalúan ultrasonograficamente muy temprano en la gestación (al día 12-14); en esta etapa normalmente no es posible determinar si alguno de los gemelos se reducirá naturalmente, por lo tanto, todas las gestaciones múltiples son motivo de preocupación. Hay cuatro principales prácticas de manejo utilizadas para reducir la incidencia de gemelos: 1) Hacer un seguimiento de la ovulación; 2) detectar los gemelos; 3) reducir de forma manual; o 4) tratamiento con prostaglandina F2 alfa (PGF2a).
Monitorear la ovulación: Históricamente, la incidencia de gemelos se redujo mediante el control de la actividad ovárica a través de la palpación rectal y la retención de esas yeguas con más de un gran folículo ovárico (que indica que está a punto de ocurrir más de una ovulación). Estas yeguas se sincronizan para el servicio o inseminación en el siguiente estro una vez que solo muestren un único folículo ovulatorio. Este manejo resulta exitoso, sin embargo las tasas de concepción e intervalos entre partos incrementan.
Imagen ecográfica del ovario izquierdo y derecho respectivamente donde se observan dos folículos preovulatorios. En este caso la ovulación de ambos folículos resulto en preñez gemelar.
Detección y seguimiento: Otra opción es la de supervisar la gestación a través de ultrasonido y observar si se produce la reducción natural. Si no se produce, entonces deben aplicarse los métodos explicados a continuación.
Reducción manual: Una alternativa a la reducción natural es la reducción manual. La reducción manual de gemelos a uno solo se ha practicado con éxito en hasta en un 96% de las preñeces dobles entre los días 13 y 16 de gestación. Esto implica apretar el embrión más pequeño, identificado en la ecografía, ya sea entre el pulgar y el dedo índice o mediante el uso de la sonda de escáner para empujar el conceptus (embrión) en contra de la pared uterina y la pelvis hasta la rupturas de la vesícula embrionaria. Esto se hace mejor antes de la fijación del embrión en la pared uterina (días 18-20), por lo que normalmente se lleva a cabo en la exploración inicial durante el día 12-14 días. Después del día 20 la reducción manual de gemelos bilaterales todavía puede tener éxito durante un corto período de tiempo, pero la reducción de los gemelos unilaterales corre un alto riesgo de perder ambos embriones. Otros métodos de reducción manual en etapas posteriores del embarazo (después del día 40) se han reportado, como la alantocentesis guiada por ultrasonido y punción cardíaca fetal transabdominal, pero no han demostrado ser tan exitosas como la reducción manual temprana.
Tratar con PGF2α: Una alternativa a la reducción manual de uno de los gemelos es inducir artificialmente la muerte de los embriones y servir nuevamente a la yegua en el siguiente estro. La muerte embrionaria y el posterior retorno al estro y la ovulación pueden ser inducidos mediante una única inyección de PGF2α.  Esta práctica puede realizarse antes del siguiente estro esperado, es decir, antes del día 21 de gestación. Esto se suele hacer en el momento de la primera exploración ecográfica, al día 12 o 14. Si ese es el caso, el retorno al estro de la yegua después de la muerte embrionaria podría ser retrasado sólo 15 días aproximadamente. Como alternativa, se podría permitir que la gestación progrese con la esperanza de que se produzca la reducción natural antes de decidir utilizar la PGF2α. Sin embargo, si se requiere un rápido retorno a estro, se debe administrar la PGF2α antes del desarrollo de las copas endometriales en el día 40 de gestación.
En resumen, la alta incidencia de preñez gemelar es de gran preocupación. Las técnicas modernas como la ecografía y la terapia hormonal nos permiten abordar con eficacia las yeguas con embriones gemelares. Sin embargo, la industria debe ser consciente de que al permitir que las yeguas que habitualmente arrojan preñeces gemelares se reproduzcan, se perpetué el rasgo gestación múltiple y, con ello, la necesidad de intervención humana.
Tomado de: Davis Morel, M. 2008. Multiple Pregnancies: Double the Trouble. En la revista The Horse Magazine http://www.thehorse.com/articles/21663/multiple-pregnancies-double-the-trouble

viernes, 15 de abril de 2016

PLACENTITIS EN YEGUAS

M.V. Roliana Mercedes Sánchez
Rolianam@gmail.com

La placentitis en yeguas posee importancia significativa en la viabilidad fetal y neonatal, siendo la causa más común de aborto tardío en yeguas. La placentitis se define como la inflamación de la placenta que a menudo es causada por una infección ascendente que penetra en el útero de la yegua a través del cuello uterino, siendo responsable de un 10-40% de los abortos tardíos en yeguas; y de estos casos un 60% son de la variedad bacteriana.
Las bacterias más frecuentemente implicadas en los casos de placentitis incluyen: Strepococcus equi subsp. zooepidermicus, Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Pseudomona aeruginosa y especies de Leptospiras. La ruta de infección de estos microorganismos aun no es clara. Aspergillus fumigatus y otras especies mucor son las más comúnmente diagnosticadas en casos de abortos micoticos en yeguas. Mientras que la infección bacteriana inicia enfermedad fetal, estudios recientes demostraron que el aborto puede ocurrir secundario a inflamación del corion como consecuencia de infección fetal. Este proceso inflamatorio resulta en la producción y liberación de prostaglandinas (PGE2 y PGF2α) la cual estimulan la contractibilidad miometrial resultado en aborto o parto prematuro. Sin embargo, en casos crónicos de placentitis, el feto experimenta maduración acelerada. Estos potros nacen prematuramente y pueden sobrevivir en el ambiente extrauterino.
Los signos clínicos de placentitis a menudo desarrollan tarde en el curso de la enfermedad y son generalmente no específicos. La manifestación clínica más frecuente que se encuentra es el desarrollo prematuro de la glándula mamaria de la yegua, y con menor frecuencia de descargas vulvares. Sin embargo, muchos casos simplemente se presentan con aborto tardío o el nacimiento de un potro enfermo o débil.
Diagnóstico
Mientras que el diagnóstico precoz probablemente mejorará las posibilidades de resultados clínicos positivos, los veterinarios están actualmente limitados en sus posibilidades de diagnóstico para placentitis.
Medición de la placenta a través de ultrasonografía: Desde que la técnica fue introducida en 1997, el examen de ultrasonido del útero y placenta ha sido el pilar del diagnóstico placentitis.  Las investigaciones indican que el espesor combinado normal del útero y la placenta (ECUP) para yeguas sanas de menos de 270 días de gestación es inferior a 7 milímetros (mm); las yeguas con 271 a 300 días de gestación deben tener un ECUP menor a 8 mm; para yeguas entre los días 301 y 330 deben tener un ECUP de menos de 10 mm; y yeguas más de 330 días el ECUP debe ser menor a 12 mm. Las mediciones por encima de los rangos normales son indicativos claros de patología uterina y por ende de placentitis. El examen ecográfico del grosor combinado del útero y la placenta representa la herramienta de diagnóstico y detección más sensible y específica que pueda ser recomendada cuando se sospeche de placentitis.
Imagen ecográfica del ECUP

Pruebas hormonales: Por medio de la medición de progesterona en suero se puede diagnosticar o evaluar la presencia de placentitis. En yeguas con gestaciones no comprometidas, los niveles séricos de progestágenos o bien se elevan de forma prematura (los niveles de todas las yeguas se elevan después de 310 días de gestación) o disminuyen gravemente, por lo general justo antes de aborto. El aumento prematuro de los progestágenos es un indicativo de estrés crónico para el potro, por lo general asociado a placentitis, mientras que la caída de los niveles de progestágenos indica muerte fetal.
Análisis de SAA: Investigaciones recientes han evaluado los niveles en sangre de las proteínas inflamatorias para identificar placentitis. Se llevo a cabo un estudio con la proteína amiloide A sérica (SAA por sus siglas en ingles) para identificar las yeguas con placentitis inducida experimentalmente en la gestación tardía. Encontraron que los niveles de SAA en suero de las yeguas aumentaron significativamente de 48-144 horas después de la infección experimental, mientras que los niveles de SAA en las yeguas control se mantuvieron bajas, a excepción de una corta subida cercana al parto. Sin embargo, los niveles de SAA no son específicos de placentitis. Cualquier inflamación o infección en el organismo pueden producir una elevación en los niveles de SAA.
Tratamiento
Tradicionalmente los veterinarios han utilizado una combinación de antibióticos, medicamentos anti-inflamatorios, medicamentos inmunomoduladores, y progestágenos para tratar la placentitis. Y la investigación reciente ha estado arrojando luz sobre qué medicamentos y métodos de tratamiento podrían ser más eficaces.
El tratamiento consiste en la administración en conjunto de antibióticos, siendo la primera elección y el más ampliamente utilizado el trimetoprim-sulfametoxazol, antiinflamatorios como la pentoxifilina y progesterona (altrenogest).  
Otras opciones terapéuticas diferentes incluyen:
Antibióticos: Algunos de los antibióticos comunes utilizados en el tratamiento de placentitis incluyen trimetoprim-sulfametoxazol, cefalosporinas, tetraciclinas, sulfonamidas, carboxipenicilina, y los inhibidores de penicilina y betalactamasas, los cuales han demostrado ser eficaces en el control de las bacterias que causan placentitis in vitro (en el laboratorio). Estudios recientes han arrojado importante información sobre los antibióticos.
  •    Gentamicina, penicilina G, y trimetoprim-sulfametoxazol. Todos pueden alcanzar concentraciones terapéuticas en el líquido alantoideo.
  •     Las penicilinas son "altamente eficaz" contra Streptococcus zooepidemicus, una de las bacterias más comunes aisladas en yeguas con placentitis.
  •    La gentamicina es eficaz contra la mayoría de las bacterias Gram-negativas que causan placentitis.
  •    Aunque el trimetoprim-sulfametoxazol se desempeña bien en ensayos in vitro, el medicamento no fue capaz de despejar al S. zooepidemicus de úteros de yeguas infectadas experimentalmente.

Antiinflamatorios: Entre los fármacos antiinflamatorios el flunixin meglumine (antiinflamatorio no esteroide) ha sido el más ampliamente utilizado en el tratamiento para placentitis. Igualmente podría ayudar a mejorar la viabilidad del potro y al mismo tiempo prevenir la síntesis de prostaglandinas y la luteólisis, lo que ayudaría en el mantenimiento de la gestación. Otro antiinflamatorio utilizado es la pentoxifilina, aunque su mecanismo de acción no se entiende bien, parece ayudar a prolongar el intervalo entre la infección por placentitis y el parto cuando se utiliza en combinación con trimetoprim-sulfametoxazol y altrenogest.  Los investigadores están trabajando actualmente sobre el efecto de los glucocorticoides para mejorar la viabilidad fetal en yeguas con placentitis.
La detección temprana de la enfermedad es una clave para el éxito del tratamiento, por lo que es importante actuar rápidamente si se observan signos de la enfermedad, tales como desarrollo mamario prematuro o secreción vaginal inusual.
Tomado de: Larson, E. 2013. Equine Placentitis Update. En la revista The Horse Magazine. http://www.thehorse.com/articles/32400/equine-placentitis-update

lunes, 11 de abril de 2016

jueves, 7 de abril de 2016

FALLA EN LA TRANSFERENCIA PASIVA DE ANTICUERPOS CALOSTRALES

M.V. Roliana Mercedes Sánchez
Rolianam@gmail.com

Las enfermedades infecciosas son la principal causa de muerte en potros recién nacidos (neonatales), y aunque su sistema inmune está bien desarrollado antes del nacimiento, no son capaces de defenderse de microorganismos patógenos, ya que antes del nacimiento hay ausencia de estimulación antigénica, y con ello muy poca producción de anticuerpos.

Los potros nacen inmunocompetentes, lo que significa que probablemente son capaces de iniciar una respuesta inmune a los microorganismos a los que están expuestos. Sin embargo, un potro recién nacido carece de inmunoglobulinas protectoras al nacer, y esa falta de protección puede permitir que ciertos microorganismos afecten al potro antes de que pueda realizar una defensa adecuada. La principal barrera de defensa del potro recién nacido es la transferencia pasiva de anticuerpos en forma de inmunoglobulinas desde la yegua al recién nacido a través del calostro.

A diferencia de los humanos, en los caballos no hay transferencia natural de anticuerpos a través de la placenta de la madre. Por lo tanto, es necesario que el potro obtenga los anticuerpos a través de la leche de la madre poco después del nacimiento. La primera leche (calostro) es rica en inmunoglobulinas proporcionadas por la madre. La ingestión de calostro por el recién nacido permite la transferencia pasiva de inmunoglobulinas, que proporcionan inmunidad casi inmediata al potro. Los potros que no reciben estos anticuerpos están en alto riesgo y son diagnosticados con una condición conocida como insuficiencia o falla de transferencia pasiva (FTP). Aproximadamente el 25% de los potros recién nacidos experimentan algún nivel de FTP.
En condiciones normales, el potro recibe suficiente calostro en las primeras 12 horas después del nacimiento para proporcionar una protección adecuada contra los patógenos de su entorno. Las inmunoglobulinas circulantes en el suero de la yegua se concentran en el calostro. La yegua generalmente comienza a producir calostro en las dos últimas semanas de gestación, y poco después del parto el potro se amamantara recibiendo el calostro cuyo contenido principal son inmunoglobulinas de tipo G (IgG).
Por otro lado, en el potro recién nacido las células del tracto intestinal son capaces de absorber fácilmente las grandes moléculas de IgG. Esta capacidad de absorción, sin embargo, es de corta duración y en general disminuye linealmente en las primeras 24 a 36 horas de nacido. Este "cierre" es el resultado de la muda natural de esas células y el reemplazo con células más maduras. Si se ingiere suficiente calostro, los niveles de inmunoglobulinas en la sangre del potro aumentarán rápidamente.
En ciertas circunstancias, el potro no obtiene suficientes cantidades de IgG para aumentar el nivel en sangre a niveles "de protección", presentando una FTP. Una variedad de situaciones puede contribuir a la FTP. Estos incluyen los siguientes:
  • Incapacidad de la yegua para producir calostro en las cantidades adecuadas.
  • Producción de cantidades bajas de anticuerpos en el calostro (calostro de mala calidad)
  •  Pérdida de calostro antes del parto a través de la lactancia prematura.
  •  Rechazo del potro por parte de la yegua
  •  Muerte de la yegua
  •  Parto prematuro
  •  Incapacidad del potro de ingerir el calostro
  •  Incapacidad del potro para absorber calostro en el rango de tiempo adecuado.

El fracaso de la transferencia pasiva no produce signos clínicos en el potro. Con frecuencia, los signos de FTP se demostrarán en la salud del potro en las primeras semanas de vida. Los signos que sugieren FTP son el inicio de la infección bacteriana, artritis, neumonía y enteritis.
Debido a la demora en la determinación de un problema sistémico, un intento de diagnosticar la FTP se realiza mediante la comprobación de IgG en el suero del potro en un plazo de 24 horas después del nacimiento. Hay varios ensayos de inmunoglobulinas disponibles comercialmente. La importancia de la prueba radica en la prevención de una FTP.  La recomendación es garantizar un mínimo de 800 mg/dL de IgG concentrado en el suero o plasma del potro. La FTP de anticuerpos ocurre cuando un potro de 18 a 24 horas de nacido posee concentraciones plasmáticas de IgG menores a 200 mg/dL. Se diferencian dos tipos de FTP, puede ser total cuando las concentraciones séricas de IgG son menores a 200 mg/dL, o puede ser parcial cuando las concentraciones séricas de IgG se encuentran en un rango de 200 a 400 mg/dL.
Prueba Comercial para determinación de IgG. Foal Chek Test

Opciones de tratamiento
El tratamiento de la FTP depende de una serie de condiciones, incluyendo circunstancias de nacimiento, niveles de IgG, edad del potro, el entorno al que se expone el potro, y la presencia de una infección secundaria. El tratamiento se enfoca en el suministro de inmunoglobulinas y el manejo de las infecciones que puedan existir. El tratamiento debe comenzar inmediatamente si la FTP puede anticiparse poco después del nacimiento, debido a: parto prematuro, problemas de lactancia de la yegua, falta de atención al momento del parto, si el potro nace débil o en casos de un potro huérfano, en casos donde la yegua tenga historia de problemas con potros anteriores, o problemas médicos generales, tales como anomalías por infección o de nacimiento. 
El tratamiento profiláctico con IgGs podría ser beneficioso en la detención del inicio de una infección.  La administración de dos a tres litros de calostro en las primeras 6 a 12 horas después del nacimiento es lo ideal, separados en dosis de 250 - 300 ml. El calostro, sin embargo, no está generalmente disponible, por lo tanto el suministro de un suplemento de IgG adecuado es importante. Se debe administrar suficiente cantidad de IgG para aumentar los niveles en sangre en las primeras 24 horas, antes del cierre intestinal. Se recomienda un mínimo de dosis de 60 – 90 grs de IgG lo que representa 1 a 1,5 lts de calostro de buena calidad.
Un calostro de buena calidad es amarillo, altamente espeso y pegajoso. Con la ayuda de un refractómetro para calostro equino (Jorgensen Laboratories) se puede determinar la calidad de calostro utilizando una pequeña muestra. El refractometro esta conformado por una escala BRIX referida en porcentaje, y la lectura es la siguiente:
% BRIX
GRAMOS DE IgG
CALIDAD
BRIX O – 15%
0 – 28 g/L de IgG
Mala Calidad
BRIX 15 – 20 %
28 – 50 g/L de IgG
Calidad Regular
BRIX 2O – 30 %
50 – 80 g/L de IgG
Buena Calidad
BRIX > 30 %
> 80 g/L de IgG
Muy Buena Calidad

Refractómetro para calostro equino. En esta imagen el % Brix es de 5 lo que representa un calostro de mala calidad.
Cuando no es posible contar con calostro equino existen varias alternativas comerciales, por ejemplo inmunoglobulina liofilizada purificada que puede ser utilizada por vía oral y por vía intravenosa. El producto, llamado Lyphomune, es el único producto purificado disponible y es apropiado para su uso en estos casos.  El plasma se ha utilizado como un tratamiento oral, pero requiere volúmenes relativamente grandes para proporcionar suficientes niveles de IgG en sangre. Otro producto en el mercado es una forma de suero concentrado llamado Seramune.
En casos donde un potro tenga más de 12 horas de nacido, se debe considerar un tratamiento alternativo para FTP. En estudios recientes, se demostró que los potros que fueron capaces de absorber cantidades significativas de IgG administrados por vía oral después de 24 horas de nacidos (aunque la marca de 12 horas es la mejor diana y el más ampliamente aceptado) y los niveles de IgG están por debajo de 400 mg/dl después de 24 horas, la terapia intravenosa debe ser considerada. 
La transfusión de plasma ha sido el tratamiento clásico para potros con FTP. Se debe tener cuidado de comprobar el plasma antes de la administración de anticuerpos anti-eritrocitos y asegurarse de que está libre de contaminación bacteriana. Veinte (20) mililitros de plasma por kilogramo de peso corporal administrados a un potro por vía intravenosa ha demostrado que eleva los niveles de IgG en el rango mínimo "protector" de 400 a 800 mg/dl. En un potro recién nacido de 45 kg, podrían ser necesarios dos a cuatro litros de plasma.
La transfusión de plasma de vez en cuando puede inducir reacciones leves, por lo general temblores e hiperventilación. Si la transfusión se detiene durante diez minutos y se reanuda a un ritmo lento, el tratamiento puede continuar y ser completado. Los niveles de IgG se deben comprobar después del tratamiento para determinar si se han alcanzado los niveles de protección deseados. Y se debe esperar un período de tiempo hasta llevar a cabo la prueba para que la distribución de las IgGs a los tejido se complete.
Transfusión de Plasma como tratamiento a una potra con FTP
La FTP es una condición tratable. El curso de tratamiento apropiado depende del momento en que se descubre después del parto. Las condiciones de la yegua y los que rodean el parto son consideraciones importantes en la determinación del tratamiento. El tratamiento profiláctico es seguro y fácil, lo que permite un nivel de comodidad si una estrecha vigilancia y tratamiento de emergencia apropiado no están fácilmente disponibles. El calostro, plasma, y ​​la IgG purificada son el tratamiento adecuado para FTP. En cada caso, es importante que el nivel de IgG del producto sea conocido. El calostro tiene generalmente un nivel de IgG de alta concentración, pero el calostro es variable, y algunos calostros podrían tener niveles insuficientes de IgG para aumentar adecuadamente los niveles circulantes de IgG del potro.
Aunque el calostro es la fuente de elección para IgG, se debe administrar por vía oral y preferiblemente dentro de las 12 horas después del nacimiento. Por otro lado el plasma contiene distintas cantidades de IgG y, dependiendo de la fuente, la diferencia podría ser considerable. Comercialmente el plasma preparado tendrá un contenido de IgG más consistente que la que se ha colectado al azar. El plasma puede administrarse vía oral o intravenosa, pero la cantidad que se necesita para el tratamiento oral podría exceder la capacidad física del potro.
Una alternativa fácil, segura y económica para la prevención de la FTP es almacenar calostro de otras yeguas, haciendo las veces de un “banco”.  El calostro se puede recolectar en recipientes limpios, de plástico, con tapa de rosca o bolsas de plástico herméticas, bien identificados con nombre de la yegua, fecha de recolección y calidad del mismo, se prefieren por lo que son fáciles de abrir cuando se congelan. El calostro puede ser almacenado en un congelador hasta por un año. Las inmunoglobulinas congeladas son estables durante mucho más tiempo, pero la calidad general del calostro se deteriora con el tiempo. Justo antes de su uso, al descongelar el calostro se almacena a temperatura ambiente o por descongelación gradual en agua caliente (baño de María). No se debe descongelar por microondas ya que los anticuerpos esenciales pueden ser destruidos. Debido a que el calostro sólo está disponible durante las primeras 12-24 horas después del parto, es crucial que la recolección se efectué dentro de ese marco de tiempo. 
Tomado de: Squires, E.L. 2001. Failure of Passive Transfer in Horses. En la revista The Horse Magazine. http://www.thehorse.com/articles/10565/failure-of-passive-transfer-in-horses

viernes, 1 de abril de 2016

LA ALIMENTACIÓN DEL POTRO

M.V. Roliana Mercedes Sánchez
Rolianam@gmail.com

Fotografía cortesía de Icebergrafics. Haras Los Aguacates. Venezuela
Todos sabemos que la nutrición juega un papel muy importante en la salud de un potro. Es por ello que cumplir con los requisitos nutricionales de un potro es indispensable para garantizar un adecuado crecimiento y desarrollo de los huesos. Aquí hay algunos consejos sobre cómo ayudar a asegurar que su potrillo recibe una correcta nutrición desde el principio.

Antes del nacimiento

La salud del potro comienza con la yegua. Asegurar que se cumplan las necesidades nutricionales básicas de la yegua es imprescindible. Las calorías, proteínas, vitaminas y minerales pasaran al potro, mientras esta en el útero, y más tarde a través de la leche de la yegua.
Las yeguas madres deben mantener una condición corporal de 5,5 a 6,5 (en una escala de 9 puntos) durante la gestación.  Las yeguas preñadas requieren más calorías para mantener un buen peso ya que están comiendo por dos, debemos entonces comprobar regularmente su alimentación para asegurarnos que la yegua está recibiendo los nutrientes necesarios. Una insuficiente ingesta de minerales podría impactar negativamente en la salud de la yegua, afectando principalmente hígado y huesos.  De igual forma, traerá consecuencias en el desarrollo musculo-esquelético del potro, alterando el balance en el crecimiento óseo, articular y muscular.
Las primeras 24 horas

Es de vital importancia que los potros reciben el calostro en las primeras 24 horas de vida. El calostro, o primera leche de la yegua, proporciona al potro proteínas y anticuerpos que le permitirán confrontar las diversas infecciones presentes en el ambiente. Los criadores deben tener acceso a un suministro de calostro almacenado (congelado), en el caso de que el potro no sea capaz de mamar de su madre durante este período de tiempo crucial.
Los primeros 30 días a tres meses

Durante este período potros consumen leche de siete a diez veces por hora; esta debe ser la misma si el potro está bebiendo de su madre o de un cubo (en caso de un potro huérfano). Beber con frecuencia ayuda a prevenir trastornos digestivos como diarrea y cólicos; los potros no deben tener más de dos horas sin amamantarse. En esta etapa los potros no requieren de forraje (heno) o alimentos concentrados en esta etapa.
Es importante vigilar el estado físico de la yegua madre para asegurar que se conserva el peso adecuado y sea capaz de producir suficiente leche para mantener el potro. Si la yegua está perdiendo peso, se deberá realizar un ajuste a la dieta.
Tres a cuatro meses

En esta etapa, los potros pueden comenzar a consumir forrajes y alimentos combinados añadido a su dieta. Es recomendable analizar su heno y seleccionar cuidadosamente un alimento concentrado con el fin de asegurar que este cumpla con todos los requisitos nutricionales. Igualmente, se debe seleccionar un concentrado específicamente para potros y caballos jóvenes. Estos se formulan para proporcionar los nutrientes que los potros en crecimiento necesitan.

Tomado de: Equine Guelph. 2016. Get Foal Nutrition Right From the Start. En la revista The Horse Magazine. https://www.thehorse.com/articles/37345/get-foal-nutrition-right-from-the-start.

CONSIDERACIONES SOBRE PREÑECES DE ALTO RIESGO EN YEGUAS

M.V. Roliana M. Sanchez Rolianam@gmail.com   Servir a una yegua es proceso emocionante y esperado para cualquier propietario. Un ...