sábado, 21 de febrero de 2015

EL PARTO EN LA YEGUA

M.V. Roliana Mercedes Sánchez
Rolianam@gmail.com


El proceso de parto en las yeguas consiste un varios eventos importantes, que traen como resultado el nacimiento de un potro sano. El parto es dividido en tres etapas. Durante los  estadios previos a la expulsión del feto, la yegua sufre una serie de cambios que, en conjunto, se caracterizan por presentar descenso del vientre, incremento del volumen de la ubre, respiración agitada, la expulsión del tapón mucoso, cambios de comportamiento, emisión de calostro y adopción de la postura característica de parto.

El parto en la yegua esta dado por una serie de eventos hormonales que se desencadenan como consecuencia del estrés sufrido por el feto al alcanzar un tamaño límite en el interior del útero. Esto determina la liberación de la Hormona Adenocorticotropa (ACTH) por la hipófisis fetal y, en consecuencia, se produce un evento conocido como inversión esteroidal, el cual ocurre en la placenta materna donde los niveles de estrógeno y prostaglandina F2α (PGF2α) incrementan, mientras que los niveles de progesterona descienden. Esto conlleva a la liberación de oxitocina por parte de la neurohipófisis materna que es responsable de iniciar las contracciones uterinas.

Al ir aumentando la presión en el interior del útero, el feto rota sobre su eje desde una posición dorsopúbica, pasando por la posición dorsoilial y finalmente se sitúa en posición dorsosacra con los miembros torácicos extendidos y la cabeza sobre el suelo de la pelvis materna.  Este cambio de actitud fetal es importante para que el parto no presente complicaciones.

Coincidiendo con el incremento en los niveles de estradiol y PGF2α las contracciones del útero aumentan en  intensidad y  frecuencia a la vez que van siendo de duración más prolongada.

La dilatación del cérvix se produce como consecuencia de la liberación de relaxina estimulada por la PGF2α y por la presión ejercida por el feto impulsado por las contracciones uterinas. La dilatación máxima produce el denominado borrado del cuello. La lubrificación del canal cervical es consecuencia de la rotura de las bolsas fetales y el aumento de la producción de moco causado por el aumento en los niveles de estradiol. Finalmente, la relaxina provoca también una relajación de los ligamentos pélvicos que facilitan la apertura del canal del parto. Las contracciones uterinas finalmente empujan la cabeza y los miembros delanteros del potro junto a la membrana corioalantoidea hacia el canal de parto. Con esta serie de eventos culmina la primera etapa del parto la cual tiene una duración de 30 minutos a 4 horas.
Después que la dilatación cervical se completa, se inicia la segunda etapa del parto que consiste en la expulsión del feto a través del canal de parto. En esta etapa las contracciones musculares del útero son muy fuertes.  La reducción de la presión dentro del útero que resulta en la liberación de fluido alantoideo al final de la primera etapa parece ser el detonante de estas fuertes contracciones. El fluido liberado también lubrica la vagina para facilitar el paso del potro. Las contracciones siguen en forma de onda desde las puntas de los cuernos hasta el cuello uterino, ayudado por las contracciones de los músculos abdominales, llamado esfuerzo voluntario. Esto se produce por la respiración profunda de la yegua en la que presiona el diafragma, aumentando la presión en el abdomen, que a su vez aumenta la presión sobre el útero y hace que los músculos abdominales se contraigan en respuesta a la presión. La contracción de los músculos abdominales aumenta aún más la presión sobre el útero, lo que ayuda a expulsar el feto.


El potro es expulsado con sus miembros delanteros y su cabeza entre ambos miembros, una vez que los hombros y el tórax del potro han pasado por el canal del parto el resto del potro pasa con relativa facilidad. Esta etapa del parto debe durar un promedio de 15 minutos con una rango de  5 a 20 minutos.

Una vez expulsado completamente el potro se inicia la tercera etapa del parto. Las contracciones uterinas continúan en la tercera fase, pero son menos intensas. Al mismo tiempo, la placenta comienza a liberarse del endometrio uterino junto con los restos de sangre y líquidos uterinos. Un método empleado para facilitar la expulsión de las membranas consiste en atar la placenta en sí misma con la finalidad de que su propio peso la haga desprenderse con mayor rapidez, al mismo tiempo se evita que sea pisada por la yegua.  Las membranas fetales son expulsadas por lo general dentro de los primeros 30 minutos a 3 horas después de la expulsión del potro.  Si trascurre este tiempo y las membranas fetales no han sido expulsadas se debe proceder a un tratamiento con oxitocina a la dosis de 30 UI vía intramuscular.



Una vez que el trabajo de parto a terminado se toma una muestra de calostro y se mide con la ayuda del calostrímetro el cual indicara si es muy bueno, bueno, regular, o malo. Esta evaluación permite tomar decisiones rápidas en cuanto al manejo del potrillo se refiere.

Tomado de: Blanchar T, Varner, D, Schumacher L, Love J, Brinsko C, Rigby S, Sherri L. 2011. Manual of Equine Reproduction.  Editorial Mosby. Tercera Edición. Missouri, Estados Unidos de América 2011. Pág. 115 -130.

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