martes, 4 de agosto de 2015

RINONEUMONITIS EQUINA

M.V. Roliana Mercedes Sánchez
Rolianam@gmail.com


Actualmente han sido identificados nueve herpesvirus equinos, de esos, los herpesvirus equinos del  tipo 1 al 5 se conoce que tienen la capacidad de infectar caballos.   El herpesvirus equino tipo 1 (EHV-1) y tipo 4 (EHV-4) son los más importantes en la industrial equina por su significancia económica y medica veterinaria. Ambos virus son endémicos en las poblaciones de equinos domésticos en la gran mayoría de países. El EHV-1 es el más importante de los dos tipos de virus ya que causa una enfermedad multisíndrome conocida como Rinoneumonitis Equina. El termino engloba un rango de síndromes: respiratorios, reproductivos (abortos), neumonitis fatal en potros neonatos y mieloencefalitis (Timoney, 2011).  Se piensa que el EHV-1 y el EHV-4 a co-evolucionado con los caballos a lo largo de millones de años con lo que cada uno ha adquirido la habilidad de establecer un estado de portador de toda la vida en sus hospedadores naturales (Timoney, 2011). 

            De los tres tipos de herpesvirus restantes que infectan caballos, ninguno tiene el impacto clínico que poseen los tipos EHV-1 y EHV-4. El herpesvirus equino tipo 3 (EHV-3) es el causante del exantema coital equino, una enfermedad altamente contagiosa, aunque relativamente benigna, no sistémica, venérea transmisible (Timoney, 2011). 

Los herpesvirus equinos tipo 2 y tipo 5 son gammaherpesvirus que han sido asociados con un gran número de entes en el caballo: enfermedades del tracto respiratorio superior e inferior, queratoconjuntivitis, faringitis folicular crónica, y pobre desempeño atlético. Un estudio reciente sugirió que una enfermedad pulmonar recientemente descubierta, fibrosis pulmonar multinodular equina, se desarrolla en asociación con el herpesvirus equino tipo 5 (Timoney, 2011). 

1.    Agente Causal

            Los herpesvirus equino 1 y 4 son miembros del genero Varicellovirus, subfamilia Alphaherpesvirusvirinae, familia Herpesviridae. Mientras que el hospedador restringido del Herpesvirus equino tipo 4 (EHV-4) es el caballo, el Herpesvirus equino tipo 1 (EHV-1) puede ocasionalmente infectar ganado, ciervos, camélidos y ratones de laboratorio (Timoney, 2011). El EHV-4 y EHV-1 son Alfaherpesvirus de doble cadena entremezclada de ADN.

2.    Epidemiologia

Ambos herpesvirus (EHV-1 y EHV-4), son enzoóticos en muchas poblaciones de caballos domésticos. Los virus se desenvuelven en un ciclo ecológico, el cual se desarrolla dentro del caballo, en este se da una persistencia viral postinfección durante toda la vida del animal (estado de latencia) en el cual el virus se encuentra protegido del sistema inmune (Kydd et. al., 2006). Los reservorios epizootiológicos para EHV-1 y EHV-4 son el gran y globalmente distribuido pool de caballos infectados en estado de latencia, los cuales son portadores y diseminadores intermitentes que pueden llegar a infectar más de la mitad de la población equina de un criadero (Lunn et. al., 2009).

El ciclo epizootiológico de vida de ambos herpesvirus es uno solo, el cual consta de tres eventos repetitivos que amplifican y mantienen el reservorio del virus: 
  1. Transmisión intergeneracional (vertical) del virus de la madre al potro
  2. Establecimiento del estado de latencia viral postinfección en potros afectado
  3. Reactivación y dispersión periódica del herpesvirus latente, resultando en una transmisión homo-generacional (horizontal) caballo-caballo.
El sitio de la replicación viral primaria es el tracto respiratorio superior, donde, después de la infección del epitelio nasal, el virus se vuelve intracelular y se propaga muy rápidamente, infectando una amplia gama de tipos de células, incluyendo las células endoteliales, linfocitos y células dendríticas (Kydd et. al., 2006). El virus infeccioso y el antígeno vírico se pueden detectar en el ganglio linfático bronquial y otros ganglios linfáticos asociados con el tracto respiratorio tan pronto como 12 horas después de la infección experimental con una cepa virulenta de EHV-1 que demuestra la asociación íntima entre este virus y el sistema inmune durante la fase aguda de la enfermedad (Kydd et. al., 2006). La infección de los linfocitos por EHV-1 conduce al desarrollo de una viremia asociada a la célula y este es responsable de la rápida difusión de virus a sitios de replicación secundaria, incluyendo el útero preñado y la médula espinal.

Mientras que la enfermedad respiratoria es un inconveniente en un animal atlético y el tiempo de entrenamiento se pierde mientras el animal se recupera, es la capacidad del EHV-1 para provocar abortos durante la gestación tardía la que tiene el mayor impacto económico (Kydd et. al., 2006).  El aborto puede ocurrir a los 5 meses de gestación, pero es más habitual entre los 8 meses. Los mecanismos de aborto implican la infección de las células endoteliales y trombosis en el útero gestante.

3.    Transmisión
La mayoría de caballos son infectados durante estados tempranos de vida, convirtiéndose luego en reservorios epizootiológicos. Este ciclo es esencialmente silencioso, con la mayoría de los eventos infecciosos subdiagnosticados como infecciones del tracto respiratorio o con signos tan leves que causan poca alarma (Kydd et. al., 2006).  Los recursos biológicos que pueden servir como origen directo de infección natural para caballos susceptibles incluyen un caballo infectado activo, el cual libera progenie viral en las secreciones nasales; los fetos, membranas fetales o secreciones del tracto reproductivo de una yegua, luego de esta haber abortado por EHV; y la reactivación endógena del virus del estado latente en el caballo portador (Figura 1).

  
Transmisión del virus EHV-4 (Timoney, 2011)

Los factores de riesgo para tales brotes incluyen todas las situaciones que  proporcionen estrés a los animales tales como la sobrepoblación, alta carga parasitaria, pobre estado nutricional, climas extremos, y la entrada de animales a diferentes grupos sociales ya establecidos (Ruiz, 2006).

4.    Signos Clínicos

4.1. Enfermedad respiratoria

La enfermedad respiratoria está caracterizada por fiebre, letargia, anorexia, linfadenopatía submandibular y descarga nasal profusa, la cual puede llegar a ser mucopurulenta, rinofaringitis y traqueobronquitis; también es posible encontrar conjuntivitis moderada manifestada por la presencia de secreción ocular (Harless y Pusterla, 2006). El cambio a una secreción mucopurulenta es el resultado de una infección bacteriana secundaria causada por Streptococcus zooepidemicus. La descarga está acompañada por tos esporádica. Esta infección es debida a una disminución de la respuesta inmune del animal provocada por el virus o por condiciones externas (Timoney, 2011). 

El virus puede alojarse en los pulmones generalmente en animales jóvenes y provocar una bronconeumonía exacerbada por la infección bacteriana secundaria con signos de enfermedad respiratoria del tracto bajo como tos, sonidos anormales a la auscultación e incremento en el esfuerzo inspiratorio (Harless y Pusterla, 2006).  En los animales adultos que han estado expuestos a EHV-4 en numerosas ocasiones, los signos clínicos son mínimos, la infección conlleva una reducción en el nivel de productividad del animal, causada por una infección inaparente en el tracto respiratorio alto y bajo (Harless y Pusterla, 2006).

4.2. Aborto

El más relacionado con episodios de aborto es el EHV-1, el cual causa aborto en yeguas que no muestran ningún signo clínico de enfermedad. Estas generalmente abortan entre los 6 y 11 meses de gestación. El aborto antes de los 5 meses de gestación es raro debido al largo periodo de incubación (9 a 121 días) que requiere el virus (Sadlier, 2011; Timoney, 2011). Los tejidos de los potros abortados poseen un amplio rango de lesiones macroscópicas y microscópicas, en los abortos que ocurren a los 6 meses los fetos se encuentran autolisados. En abortos tardíos (luego de 7 meses) hay focos necróticos visibles en aproximadamente el 25% de los casos, en hígado, bazo, pulmones y glándulas adrenales (Timoney, 2011).    

Los fetos abortados, además de los signos de infección multisistémica presentan altos títulos virales confirmables por el laboratorio. Se han reportado algunas yeguas que abortan luego de 14 a 120 días de la exposición al virus, sin presentar ningún signo clínico.  Sin embargo, si la infección  por EHV-1 es seguida por un estado de latencia viral, podría abortar meses o años después de la infección primaria (Harless y Pusterla, 2006).

4.3. Muerte neonatal de potros

Algunos fetos infectados en una etapa terminal de la preñez, pueden nacer vivos y a término, pero enferman al nacimiento o en días siguientes. Los potros se encuentran débiles y requieren cuidados, se presentan letárgicos, piréticos, hipoxémicos y exhiben fuertes deficiencias respiratorias (Ruiz, 2006). El deterioro clínico en estos potros infectados in útero por EHV-1, ocurre rápidamente y el pronóstico siempre es grave.

 La mortalidad en estos potros infectados congénitamente es del 100%, debido a una neumonía viral, la cual lleva a una falla respiratoria en unos pocos días. Los potros son altamente susceptibles a las infecciones bacterianas secundarias. La infección congénita por EHV-1 puede ser epizoótica y puede estar relacionada con brotes de abortos por EHV-1. En contraste, raramente se ha asociado a EHV-4 como causa de enfermedad neonatal en potros (Sadlier, 2011; Timoney, 2011).


4.4. Mieloencefalopatía

 La mieloencefalitis por herpesvirus es una enfermedad poco común pero devastadora. Se han identificado casos aislados de enfermedad neurológica por EHV-4, pero se presenta generalmente por EHV-1 (Pronost et. al, 2013). El intervalo entre la infección inicial del tracto respiratorio y la presentación de los signos neurológicos es de 6 a 10 días (Timoney, 2011).  Se presenta principalmente en animales adultos y sus signos neurológicos son variables, pudiendo ser simétricos o asimétricos. La manifestación más común de la enfermedad es la ataxia de los miembros posteriores, la cual progresa hasta la recumbencia (Pronost et. al, 2013). Algunos caballos pueden presentar parálisis de la pared o el esfínter de la vejiga, lo cual conlleva a una incontinencia urinaria; algunos pueden presentar inclinación de la cabeza.

 El déficit neuronal resulta de una vasculitis isquémica acompañada de trombosis dentro de los pequeños vasos sanguíneos del sistema nervioso central. Los signos nerviosos aparecen repentinamente, aumentando su intensidad a los 2 ó 3 días y generalmente no son progresivos. El pronóstico de los caballos no recumbentes es favorable, pero es pobre para los animales que permanezcan con sintomatología por más de 2 días (Pronost et. al, 2013).

5.    Patogénesis

5.1. Enfermedad respiratoria

La rinoneumonitis equina causada por EHV-4 raramente es fatal. La muerte neonatal de potros es consecuencia del aumento de la viremia, la dispersión de focos de necrosis en muchos tejidos y órganos, y de neumonía. El número de infecciones fatales aumenta cuando los anticuerpos maternales transferidos al potro son insuficientes o ausentes, y cuando se presentan infecciones bacterianas secundarias. La neumonía es un hallazgo común en estos potros (Harless y Pusterla, 2006).

Después de la infección vía intranasal o por aerosoles, los caballos jóvenes desarrollan distintas lesiones herpéticas en las membranas mucosas a través de todo el tracto respiratorio superior. Hay necrosis del epitelio respiratorio y los centros linfoides germinales, además se puede demostrar la presencia de cuerpos de inclusión intranucleares. Luego de una reinfección, los caballos jóvenes desarrollan una hiperplasia linfoide caracterizada por numerosas figuras mitóticas (Harless y Pusterla, 2006).

5.2. Aborto

La ruta natural de infección por EHV-1 es a través del tracto respiratorio superior, seguida por una viremia asociada a células (linfocitos), resultando en una infección placentaria e infección del feto con subsecuente aborto (Sadlier, 2011). Los fetos abortados antes de los 6 meses de gestación se encuentran autolisados, es posible encontrar inclusiones intranucleares en células de todo el cuerpo, sin una respuesta inflamatoria celular local (Timoney, 2011).  En contraste, las lesiones observadas en los abortos tardíos pueden incluir petequias visibles en las membranas mucosas, edema subcutáneo, exceso de fluido pleural, edema pulmonar, agrandamiento del bazo con prominencia de folículos linfoides y focos de necrosis hepática de un color crema. Las características microscópicas de las lesiones incluyen bronquiolitis, neumonitis, necrosis severa de la pulpa blanca del bazo y necrosis hepática focal acompañada de una fuerte respuesta inflamatoria celular.

Las lesiones en los fetos abortados en etapa temprana de gestación con ausencia de la respuesta inflamatoria celular sugieren la ausencia de respuestas celulares inmunológicas. En contraste, los fetos abortados en estados tardíos, muestran características de respuesta celular. Esto se puede explicar, pues se conoce que el sistema inmune del feto equino es capaz de responder a antígenos específicos a partir de los 7 meses de gestación (Timoney, 2011). 

 Los hallazgos microscópicos en el útero varían de un estado normal, a la presencia de un bajo grado de infiltración perivascular con fuerte infiltración de eosinófilos en el tejido conectivo interglandular del útero. Además, hay completa separación del alantocórion y del endometrio uterino. Un estudio de la patogénesis del aborto por EHV-1 demostró que se podía encontrar DNA viral en detritos celulares dentro de las glándulas endometriales y que estos se difunden a través de la placenta a sitios de infarto microcotidelonario; también se ha podido evidenciar la presencia in vivo del genoma viral en los trofoblastos, sugiriendo una diseminación célula-célula, desde las células endometriales hacia las trofoblásticas (Sadlier, 2011).

5.3. Muerte neonatal de potros

Las principales lesiones involucran el tracto respiratorio. Los pulmones se encuentran voluminosos y firmes, generalmente de un color “púrpura”, con atelectasis masiva. Se pueden encontrar estriaciones hemorrágicas en la submucosa a lo largo de la tráquea y los bronquios mayores. Los nódulos linfoides bronquiales pueden estar alargados, congestionados y edematosos. Las lesiones microscópicas incluyen alveolitis histiocítica no supurativa y media a severa bronquitis necrotizante focal y/o bronquiolitis con inclusiones intracelulares eosinofílicas (Sadlier, 2011). Siempre se encuentran inclusiones intranucleares en los pulmones, frecuentemente en el timo, raramente en el hígado y nunca han sido identificadas en el bazo o glándula adrenal (Sadlier, 2011).

La infección neonatal por EHV-1 causa neumonitis con disminución y/o degeneración de los linfocitos del timo y bazo, la cual facilita las letales infecciones bacterianas secundarias. Estos potros tienen la tendencia a tener un conteo total de células blancas bajo y a encontrarse relativamente ictéricos (Timoney, 2011). 

5.4. Mieloencefalitis

El hallazgo histopatológico de mayor importancia en la mieloencefalitis por EHV es una vasculitis con degeneración hipóxica secundaria en el tejido neural adyacente. Los cambios vasculares son generalmente más prominentes en la médula espinal que en el cerebro, mostrando una necrosis hemorrágica espinal, y las lesiones en la materia blanca de la médula espinal son más prominentes que las de la materia gris (Pronost et. al, 2013).

Durante la viremia asociada a células, en presencia de altos títulos de anticuerpos, el virus puede dispersarse de las células infectadas circulantes directamente a las células endoteliales, contagiando así a estas sin una fase extracelular.  Una vez iniciada la infección endotelial, esta puede diseminarse a través de las células del parénquima adyacente. Esto podría llevar a una severa y generalizada vasculitis sin destrucción neuronal primaria (Pronost et. al, 2013).

 También se ha sugerido que las lesiones vasculares por EHV-1 son debidas a reacciones inmunológicas específicas para EHV-1 en el endotelio vascular, pues se ha reportado un incremento de cuatro veces los títulos de anticuerpos en caballos con mieloencefalitis por EHV-1 que en caballos expuestos al virus pero sin la enfermedad clínica (Timoney, 2011).

6.    Métodos Diagnósticos

La identificación del agente se puede realizar por diversos métodos, entre estos algunos directos, encaminados a evidenciar la presencia viral, y otros indirectos, los cuales evidencian la presencia de anticuerpos circulantes contra la entidad. Los segundos no son muy útiles en lugares en los cuales se lleva un régimen de vacunación, pues no es posible diferenciar anticuerpos postvacunales de anticuerpos postinfección.

El diagnostico de aborto por herpesvirus equino está basado sobre la presencia de las lesiones patológicas características del feto y placenta,  detección del virus por aislamiento en cultivo celular y/o PCR, y la demostración del antígeno viral en la placenta y el tejido fetal congelado o fijado en formol por inmunofluorescencia o tinción de inmunoperoxidasa indirecta (Timoney, 2011)

El diagnóstico en campo para ayudar a diferenciar los abortos por herpesvirus equino de aquellos causados por arteritis viral equina, es el hecho de que en la infección por este último, la yegua puede haber exhibido signos clínicos de arteritis equina viral antes de abortar. Además, los fetos infectados con el virus de la arteritis viral equina, muy rara vez muestran lesiones macroscópicas, en contraste con los infectados con EHV-1 y EHV-4, que exhiben una gama más frecuentes de lesiones fuertemente indicativa de esta infección (Sadlier, 2011). 

6.1. Identificación del Agente

Los métodos de diagnóstico rápido son importantes debido a que la enfermedad es muy contagiosa y puede generar brotes explosivos con una mortalidad elevada a causa de las secuelas neurológicas y del aborto (OIE, 2012). Aunque recientemente se han descrito varias técnicas de diagnóstico nuevas y rápidas, basadas en el enzimoinmunoensayo (ELISA), la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), la tinción inmunohistológica con peroxidasa, o las sondas de hibridación con ácidos nucleicos, su uso suele estar limitado a los laboratorios especializados de referencia, y el método elegido para el diagnóstico de la rinoneumonitis en los laboratorios diagnósticos de virología que manejan continuamente muchas muestras continúa siendo la metodología tradicional del aislamiento en cultivo celular seguido por la identificación de los virus aislados (OIE, 2012). El aislamiento eficaz del EHV-1/4 en el laboratorio depende del seguimiento estricto de ciertos métodos relativos a la toma de muestras y a su procesamiento en el laboratorio.

6.1.1. Toma de Muestras

Las mejores muestras para el aislamiento del virus son los exudados nasofaríngeos de los caballos en los estados febriles más precoces de la enfermedad respiratoria, y se toman por vía nasal mediante frotis del área nasofaríngea. Después de la toma del frotis se transporta inmediatamente al laboratorio de virología en 3 ml de medio líquido muy frío (pero no helado) (MEM [medio mínimo esencial] libre de suero y con antibióticos). La infectividad de los virus se puede prolongar mediante la adición de seroalbúmina bovina o de gelatina al 0,1% (p/v) (OIE, 2012).

El examen vírico de los tejidos fetales en el caso del aborto sospechoso por EHV tiene mayor eficacia diagnóstica cuando se lleva a cabo en muestras tomadas asépticamente del hígado, los pulmones, el timo y el bazo. Las muestras tisulares deben transportarse al laboratorio y mantenerse a 4°C hasta su inoculación en cultivos de tejidos. Las muestras que no puedan procesarse en unas horas deben guardarse a –70°C. En los casos ante mórtem de enfermedad neurológica por el EHV-1, el virus puede aislarse a menudo de la fracción de leucocitos de la sangre de los caballos con infección aguda o, con menor frecuencia, de la nasofaringe del animal afectado o de los animales de compañía (OIE, 2012).

6.1.2. Aislamiento del virus

Para un aislamiento primario eficaz del EHV-1/4 de los caballos con enfermedad respiratoria, se deben utilizar cultivos celulares de origen equino. Tanto el EHV-1 como el EHV-4 se pueden aislar de muestras nasofaríngeas utilizando células primarias de riñón fetal equino o líneas celulares de fibroblastos equinos derivados de tejido dérmico o pulmonar. Mediante incubación a 37°C en una plataforma circular durante 1,5–2 horas, se permite que el virus se una a la monocapa inoculada. Se deben incubar en paralelo monocapas de células control no inoculadas que contengan solo un medio de transporte estéril.  Los recipientes inoculados deben examinarse a diario al microscopio para observar la aparición del efecto citopático (ECP) característico de los herpesvirus (redondeamiento focalizado, aumento de la refractabilidad, y separación de las células) (OIE, 2012).

Para el aislamiento del HEV-1 de los tejidos de fetos abortados o de casos post mórtem de la enfermedad neurológica, se pueden utilizar varios tipos celulares (por ejemplo, riñón de conejo [RK-13], riñón de hamster neonato [BHK-21], riñón bovino de Madin–Darby [MDBK], riñón de cerdo [PK-15], etc.), pero los cultivos de células de origen equino son más sensibles y deben utilizarse si se desea detectar los casos infrecuentes de aborto por el EHV-4. Igualmente, puede intentarse el cultivo de leucocitos sanguíneos periféricos para detectar la presencia del EHV-1 tiene con frecuencia éxito en caballos en la fase inicial de la mieloencefalopatía (OIE, 2012).

6.1.3. Detección del Virus por Inmunofluorescencia Directa

La detección de antígenos de EHV-1 por inmunofluorescencia directa en muestras de tejido post mórtem de fetos equinos abortados supone un método indispensable en el laboratorio de diagnóstico veterinario para hacer un rápido diagnóstico preliminar de aborto por herpesvirus (OIE, 2012). Las muestras provenientes de una disección reciente de tejido fetal se congelan, se seccionan en un criostato a –20°C, se montan en portas para microscopía y se fijan con acetona al 100%. Después de secar, se incuban los cortes a 37°C durante 30 minutos en una atmósfera húmeda con una dilución apropiada de anticuerpo de cerdo conjugado frente al EHV-1. El exceso de los anticuerpos no reaccionantes se elimina con dos lavados en PBS y, a continuación, los cortes de tejido se cubren con un medio de montaje acuoso y un cubreobjetos, y se observa para la presencia de células fluorescentes que indican la presencia de antígeno del EHV. Cada prueba debe incluir un control positivo y negativo con cortes de tejidos fetales infectados y no infectados por EHV-1, respectivamente.

6.1.4. Detección del Virus por Tinción con Inmunoperoxidasa

Los métodos inmunohistoquímicos de tinción enzimática se han desarrollado recientemente como procedimientos para detectar antígeno del EHV-1 en tejidos de fetos equinos abortados o de caballos con afección neurológica incluidos en parafina. La tinción inmunoenzimática del EHV-1 es particularmente útil para la evaluación simultánea de las lesiones morfológicas y la identificación del agente infeccioso. También se puede realizar la tinción con inmunoperoxidasa para EHV-1 o EHV-4 sobre monocapas de células infectadas. En cada prueba de inmunoperoxidasa deben incluirse controles adecuados para considerar tanto la especificidad del método como la especificidad del anticuerpo.

6.1.5. Detección del Virus por PCR

La PCR se puede utilizar para una rápida amplificación y detección diagnóstica de los ácidos nucleicos del EHV-1 y el EHV-4 en muestras clínicas, tejidos conservados incluidos en parafina o cultivos celulares inoculados. Se ha diseñado una variedad de cebadores específicos de cada tipo para distinguir entre la presencia del EHV-1 y del EHV-4. El diagnóstico de la enfermedad por la PCR es rápido, sensible, y no depende de la presencia de virus infecciosos en la muestra clínica

Para el diagnóstico de las infecciones activas por el EHV, los métodos de la PCR son más fiables con muestras de fetos abortados o con frotis nasofaríngeos y leucocitos de sangre periférica de potros y caballos de un año; son más útiles en epizootias explosivas de abortos o enfermedades del tracto respiratorio en las que una rápida identificación del virus puede ser un factor determinante para aplicar estrategias de control (OIE, 2012).

Es de gran ventaja para guiar la planificación e implementación de estrategias apropiadas para el control de brotes de mieloencefalitis equina causada por EHV-1, contar con ensayos de PCR a tiempo real que no solo confirman la presencia del virus sino que también determina si los individuos están infectados de cepas salvajes o mutantes (neuropatógenicas) del virus (Timoney, 2011).  La detección de virus EHV-1 o EHV-4 latente no es posible con métodos de diagnóstico clásicos para estas infecciones. En el animal vivo, la detección de EHV-1 latente en los leucocitos de sangre periférica se puede intentar usando la detección por PCR del gen del tránscrito asociado a latencia (LAT).

6.1.6. Histopatología

El examen histopatológico de las secciones de muestras de tejidos fijadas con formalina e incluidas en parafina, procedentes de fetos abortados o de caballos con afecciones neurológicas, es una parte esencial del diagnóstico de laboratorio de estas dos manifestaciones clínicas de la enfermedad. En los fetos de los abortos, las lesiones patológicas del EHV-1 son los típicos cuerpos de inclusión intranucleares de las infecciones herpéticas en el epitelio bronquial o en las células periféricas de las áreas de necrosis hepáticas.

 La lesión microscópica característica que se asocia con la neuropatía por el EHV-1, aunque no es patognomónica, es una vasculitis trombótica degenerativa de los pequeños vasos sanguíneos del cerebro o la médula espinal (desgarro perivascular e infiltración por células inflamatorias, proliferación endotelial y necrosis, y formación de trombos) (OIE, 2012).

7.    Tratamiento
            No existe ningún tratamiento específico disponible actualmente para la rinoneumonitis equina.  Los fármacos no esteroidales pueden ser administrados para controlar la inflamación y fiebre. Así mismo, los antibióticos se pueden indicar en caballos con descargas nasales mucopurulentas. Se debe garantizar el reposo de los animales afectados y tratamiento de soporte.
8.    Prevención y Control
            El programa de prevención y control de la rinoneumonitis equina está basado en un plan de vacunación profiláctico enfocado a incrementar la inmunidad contra el EHV-1 y EHV-4 en la población animal.  La vacunación para yeguas preñadas debe realizarse en el 5to, 7mo y 9no mes de gestación para proveer protección en los meses donde el feto es más susceptible a la infección viral. La vacunación a los potros debe comenzarse con una primovacunación a los 4-6 meses de edad, seguido de una segunda vacunación 4-6 semanas posterior a la primera administración y por ultimo una tercera aplicación a los 10-12 meses de edad (Timoney, 2011).  Se recomienda la revacunación cada 4 meses de intervalo.
Se dispone de vacunas vivas atenuadas y de vacunas inactivadas como productos autorizados y preparados para la utilización comercial como ayuda profiláctica en la reducción de los casos de enfermedad causada por la infección con los EHV-1/4. La experiencia clínica ha demostrado que ninguna de las preparaciones de vacuna proporciona un grado absoluto de protección contra la enfermedad. Los fabricantes respectivos recomiendan dosis múltiples, con la repetición anual, de las vacunas contra la rinoneumonitis equina comercializadas en la actualidad, con cronologías de vacunación que varían dependiendo de la vacuna en particular.
Las prácticas a ejecutarse durante los brotes de infección por EHV-1/4 apuntan a reducir la diseminación de aerosoles infecciosos, el contacto directo, y fómites contaminados, así como, a reducir el estrés inducido por la infección latente. Implementar prácticas de aislamiento, cuarentena y desinfección son claves importantes para el control de la enfermedad. Si se presentan síntomas respiratorios sugestivos de infección por EHV-1/4, al igual que abortos sospechosos por rinoneumonitis, se debe aislar a los animales afectados con prontitud y por completo del resto de la ejemplares.
Tomado de: 
1. Gardiner, W. y et. al. 2012. Strain impact on equine herpesvirus type 1 (EHV-1) abortion models: Viral loads in fetal and placental tissues and foals. Revista Vaccine. Numero 30. Páginas 6564– 6572
2. Harless, W. Pusterla, N. 2006.  Equine Herpesvirus 1 and 4 Respiratory Disease in the Horse. Clinical Techique in Equine Practice. Volumen 5. Páginas 197-202
3. Kydd, J. Townsend, H. Hannant, D. 2006. The equine immune response to equine herpesvirus-1: The virus and its vaccines. Veterinary Immunology and Immunopathology. Volumen 111. Páginas 15–30.
4.  Pronost, S. y et. al. 2013. Equine Herpesvirus Myeloencephalopathy: an update on EHV-1. Proceeding del 13vo Congreso Internacional de la Asociación Veterinaria Equina. Budapest, Hungría. Octubre, 03 – 05.
5. Ruiz, J. 2006. Rinoneumonitis Equina: un riesgo para la cría y la salud de la población equina colombiana. Revista Colombiana de Ciencias Pecuarias. Volumen 7. Numero 2. Medellín, Colombia.
7. Sadlier, M. 2011. Herpesvirus Abortion and Perinatal Mortality. Proceeding del 50vo Congreso de la Asociación Británica Veterinaria Equina. Liverpool, Reino Unido. Septiembre, 07-09, 2011.
8. Timoney, P. 2011. Equine Herpesviruses. En: Mckinnon A, Squires E, Vaala W, Varner D (eds.). Equine Reproduction. Editorial Wiley-blackwell. Segunda edición. Volumen 2. Ames, Iowa, Estados Unidos de América. 2011. Página 2376 - 2390.
9. Versión adoptada de la Asamblea Mundial de Delegados de la OIE. 2012. Rinoneumonitis Equina (En línea). Accesado el 19/06/2014. En:  http://web.oie.int/esp/normes/mmanual/pdf_es/2.5.07_Rinoneumonitis_equina.pf

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CONSIDERACIONES SOBRE PREÑECES DE ALTO RIESGO EN YEGUAS

M.V. Roliana M. Sanchez Rolianam@gmail.com   Servir a una yegua es proceso emocionante y esperado para cualquier propietario. Un ...