viernes, 15 de abril de 2016

PLACENTITIS EN YEGUAS

M.V. Roliana Mercedes Sánchez
Rolianam@gmail.com

La placentitis en yeguas posee importancia significativa en la viabilidad fetal y neonatal, siendo la causa más común de aborto tardío en yeguas. La placentitis se define como la inflamación de la placenta que a menudo es causada por una infección ascendente que penetra en el útero de la yegua a través del cuello uterino, siendo responsable de un 10-40% de los abortos tardíos en yeguas; y de estos casos un 60% son de la variedad bacteriana.
Las bacterias más frecuentemente implicadas en los casos de placentitis incluyen: Strepococcus equi subsp. zooepidermicus, Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Pseudomona aeruginosa y especies de Leptospiras. La ruta de infección de estos microorganismos aun no es clara. Aspergillus fumigatus y otras especies mucor son las más comúnmente diagnosticadas en casos de abortos micoticos en yeguas. Mientras que la infección bacteriana inicia enfermedad fetal, estudios recientes demostraron que el aborto puede ocurrir secundario a inflamación del corion como consecuencia de infección fetal. Este proceso inflamatorio resulta en la producción y liberación de prostaglandinas (PGE2 y PGF2α) la cual estimulan la contractibilidad miometrial resultado en aborto o parto prematuro. Sin embargo, en casos crónicos de placentitis, el feto experimenta maduración acelerada. Estos potros nacen prematuramente y pueden sobrevivir en el ambiente extrauterino.
Los signos clínicos de placentitis a menudo desarrollan tarde en el curso de la enfermedad y son generalmente no específicos. La manifestación clínica más frecuente que se encuentra es el desarrollo prematuro de la glándula mamaria de la yegua, y con menor frecuencia de descargas vulvares. Sin embargo, muchos casos simplemente se presentan con aborto tardío o el nacimiento de un potro enfermo o débil.
Diagnóstico
Mientras que el diagnóstico precoz probablemente mejorará las posibilidades de resultados clínicos positivos, los veterinarios están actualmente limitados en sus posibilidades de diagnóstico para placentitis.
Medición de la placenta a través de ultrasonografía: Desde que la técnica fue introducida en 1997, el examen de ultrasonido del útero y placenta ha sido el pilar del diagnóstico placentitis.  Las investigaciones indican que el espesor combinado normal del útero y la placenta (ECUP) para yeguas sanas de menos de 270 días de gestación es inferior a 7 milímetros (mm); las yeguas con 271 a 300 días de gestación deben tener un ECUP menor a 8 mm; para yeguas entre los días 301 y 330 deben tener un ECUP de menos de 10 mm; y yeguas más de 330 días el ECUP debe ser menor a 12 mm. Las mediciones por encima de los rangos normales son indicativos claros de patología uterina y por ende de placentitis. El examen ecográfico del grosor combinado del útero y la placenta representa la herramienta de diagnóstico y detección más sensible y específica que pueda ser recomendada cuando se sospeche de placentitis.
Imagen ecográfica del ECUP

Pruebas hormonales: Por medio de la medición de progesterona en suero se puede diagnosticar o evaluar la presencia de placentitis. En yeguas con gestaciones no comprometidas, los niveles séricos de progestágenos o bien se elevan de forma prematura (los niveles de todas las yeguas se elevan después de 310 días de gestación) o disminuyen gravemente, por lo general justo antes de aborto. El aumento prematuro de los progestágenos es un indicativo de estrés crónico para el potro, por lo general asociado a placentitis, mientras que la caída de los niveles de progestágenos indica muerte fetal.
Análisis de SAA: Investigaciones recientes han evaluado los niveles en sangre de las proteínas inflamatorias para identificar placentitis. Se llevo a cabo un estudio con la proteína amiloide A sérica (SAA por sus siglas en ingles) para identificar las yeguas con placentitis inducida experimentalmente en la gestación tardía. Encontraron que los niveles de SAA en suero de las yeguas aumentaron significativamente de 48-144 horas después de la infección experimental, mientras que los niveles de SAA en las yeguas control se mantuvieron bajas, a excepción de una corta subida cercana al parto. Sin embargo, los niveles de SAA no son específicos de placentitis. Cualquier inflamación o infección en el organismo pueden producir una elevación en los niveles de SAA.
Tratamiento
Tradicionalmente los veterinarios han utilizado una combinación de antibióticos, medicamentos anti-inflamatorios, medicamentos inmunomoduladores, y progestágenos para tratar la placentitis. Y la investigación reciente ha estado arrojando luz sobre qué medicamentos y métodos de tratamiento podrían ser más eficaces.
El tratamiento consiste en la administración en conjunto de antibióticos, siendo la primera elección y el más ampliamente utilizado el trimetoprim-sulfametoxazol, antiinflamatorios como la pentoxifilina y progesterona (altrenogest).  
Otras opciones terapéuticas diferentes incluyen:
Antibióticos: Algunos de los antibióticos comunes utilizados en el tratamiento de placentitis incluyen trimetoprim-sulfametoxazol, cefalosporinas, tetraciclinas, sulfonamidas, carboxipenicilina, y los inhibidores de penicilina y betalactamasas, los cuales han demostrado ser eficaces en el control de las bacterias que causan placentitis in vitro (en el laboratorio). Estudios recientes han arrojado importante información sobre los antibióticos.
  •    Gentamicina, penicilina G, y trimetoprim-sulfametoxazol. Todos pueden alcanzar concentraciones terapéuticas en el líquido alantoideo.
  •     Las penicilinas son "altamente eficaz" contra Streptococcus zooepidemicus, una de las bacterias más comunes aisladas en yeguas con placentitis.
  •    La gentamicina es eficaz contra la mayoría de las bacterias Gram-negativas que causan placentitis.
  •    Aunque el trimetoprim-sulfametoxazol se desempeña bien en ensayos in vitro, el medicamento no fue capaz de despejar al S. zooepidemicus de úteros de yeguas infectadas experimentalmente.

Antiinflamatorios: Entre los fármacos antiinflamatorios el flunixin meglumine (antiinflamatorio no esteroide) ha sido el más ampliamente utilizado en el tratamiento para placentitis. Igualmente podría ayudar a mejorar la viabilidad del potro y al mismo tiempo prevenir la síntesis de prostaglandinas y la luteólisis, lo que ayudaría en el mantenimiento de la gestación. Otro antiinflamatorio utilizado es la pentoxifilina, aunque su mecanismo de acción no se entiende bien, parece ayudar a prolongar el intervalo entre la infección por placentitis y el parto cuando se utiliza en combinación con trimetoprim-sulfametoxazol y altrenogest.  Los investigadores están trabajando actualmente sobre el efecto de los glucocorticoides para mejorar la viabilidad fetal en yeguas con placentitis.
La detección temprana de la enfermedad es una clave para el éxito del tratamiento, por lo que es importante actuar rápidamente si se observan signos de la enfermedad, tales como desarrollo mamario prematuro o secreción vaginal inusual.
Tomado de: Larson, E. 2013. Equine Placentitis Update. En la revista The Horse Magazine. http://www.thehorse.com/articles/32400/equine-placentitis-update

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